Washington (EFE).- El quinto debate entre los aspirantes a la candidatura republicana para las elecciones presidenciales comenzó este miércoles en Iowa con solo dos participantes, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y la ex embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, que luchan por posicionarse como la alternativa al expresidente Donald Trump, el gran ausente.
Para este cara a cara citado por la CNN en Des Moines (Iowa) solo se calificaron Haley, DeSantis y Trump, que por quinta vez se rehúsa a debatir con sus colegas republicanos y esta ocasión prefirió estar en una entrevista en vivo con la cadena Fox en la misma ciudad.
Los tres aspirantes conservadores buscan cautivar a los delegados al caucus republicano de Iowa que se celebrará el próximo lunes 15 de enero y con el que se inicia el calendario electoral estadounidense que culmina con las votaciones de noviembre.
El debate comenzó permitiendo a Haley y DeSantis explicar por qué son “una alternativa” a Trump. DeSantis dijo que mientras Trump “quiere seguir con sus problemas” y Haley está dedicada a los donantes y él es el “único” que ha cumplido 100 % de sus promesas en Florida.
Por su parte, Haley dijo que se necesita una “nueva generación” de líderes y cargo contra DeSantis al que calificó de mentiroso.
A diferencia de los debates anteriores, el encuentro de hoy no fue coordinado por el Comité Nacional Republicano (RNC), que en diciembre anunció que concluiría con los encuentros ante la proximidad de las primarias.
El debate de este miércoles, moderado por los periodistas Jake Tapper y Dana Bash, marca el más importante intento de Haley y DeSantis de acortar la diferencia con Trump. Según la media de sondeos elaborada por la web FiveThirtyEight, es el favorito en las encuestas (61,3 %), muy por delante de DeSantis (12,4 %) y de Haley (11,4 %).
No obstante, Haley tiene buenas perspectivas para acercarse a Trump. Una encuesta realizada esta semana por la Universidad de Nuevo Hampshire y CNN mostró que tres de cada diez votantes republicanos escogería a la ex embajadora de EE.UU. en ese estado, en comparación con cuatro de cada diez que votarían por el expresidente.
Haley y DeSantis también se pelean hoy los votantes que apoyaban al exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, que este miércoles anunció el fin de su campaña.
Christie, la voz más crítica con Trump en el contexto de las primarias republicanas, no dio su apoyo a ninguno de los dos candidatos que quedan en la carrera, pero resaltó que “de ninguna manera” facilitará el regreso del expresidente a la Casa Blanca.
El exmandatario estadounidense Donald Trump (2017-2021) aseguró tener elegido ya quién será su vicepresidente en caso de que gane las elecciones presidenciales de noviembre, pero no desveló el nombre.
“No lo puedo decir, pero sé quién va a ser”, indicó en la cadena Fox, que le organizó un encuentro televisado con votantes republicanos en la ciudad de Des Moines, en Iowa.
En ese estado se celebrarán el próximo lunes los caucus, que inician el calendario electoral estadounidense de cara a las presidenciales y que tradicionalmente han servido como punto de partida para determinar el apoyo de cada candidato en su camino hacia la Casa Blanca.
Trump lucha por hacerse con la nominación republicana y con una intención de voto del 51,8 % aventaja con una cómoda diferencia al gobernador de Florida, Ron DeSantis (17,2 %), y a la ex embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley (16,8 %), según la media de sondeos elaborada por la web FiveThirtyEight.
El exmandatario fue interrogado por votantes republicanos y ante ellos reiteró su intención de ser un “dictador” en su eventual segundo mandato, pero solo durante el primer día: “Vamos a cerrar tanto la frontera que no se va a poder entrar a menos que sea de forma legal”, dijo.
La campaña del presidente, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, no tardó en criticar esas palabras.
“Nuestro primer presidente, George Washington, quien renunció dos veces al poder total y absoluto para proteger la democracia estadounidense, encontraría la promesa de Donald Trump de gobernar como un dictador como una desgracia totalmente ajena a la sagrada causa de la democracia por la que él y tantos otros lucharon y murieron”, dijo en una declaración enviada a la prensa su portavoz, Kevin Muñoz.
Ajeno a esas críticas, Trump consideró haber hecho “un buen trabajo” en sus cinco años en la Casa Blanca y reprochó que con los demócratas en el poder solo hay “caos”.
El expresidente se pronunció la víspera de que se resuelva su juicio civil en Nueva York contra él y dos de sus hijos, además de otros dos ejecutivos de la Organización Trump, por presuntamente inflar el valor de los activos durante años para obtener condiciones favorables con bancos y aseguradoras.
El proceso comenzó el 2 de octubre y hoy se supo que el político republicano no hablará durante los alegatos finales después de que sus abogados no respondieran a una orden del juez para que el exmandatario limite su intervención al caso en cuestión, sin otras consideraciones.