Los países de renta baja continúan con una tasa de desempleo muy superior a los de renta alta, según la Organización Internacional del Trabajo, y en todo el mundo se incrementará en 2024, aunque levemente, el número de personas con necesidad insatisfecha de empleo. Imagen: Marcel Crozet / OIT
GINEBRA – Dos millones de trabajadores se sumarán este año a quienes buscan empleo en el mundo, y la tasa de desempleo pasará de 5,1 a 5,2 por ciento, señaló en un informe este miércoles 10 la Organización Mundial del Trabajo (OIT).
Richard Samans, director del departamento de investigación de la OIT, dijo al presentar el informe en esta ciudad suiza que “proyectamos una modesta caída de los resultados en los mercados laborales, en parte porque el crecimiento económico se está desacelerando en todo el mundo”.
El informe “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2024” indica que los mercados laborales han mostrado resiliencia frente al deterioro de las condiciones económicas, pero la recuperación de la pandemia covid-19 sigue siendo desigual, y han surgido nuevas vulnerabilidades y crisis.
Tanto la tasa de desempleo como la tasa de brecha de empleo -que es el número de personas sin empleo que están interesadas en encontrar un puesto de trabajo- han caído con respecto a los niveles anteriores a la pandemia.
Sin embargo, por debajo de esas cifras empieza a aflorar una fragilidad, según el informe, y se prevé que tanto las perspectivas del mercado laboral como el desempleo mundial empeoren.
El director general de la OIT, Gilbert Houngbo, expresó preocupación al considerar que los desequilibrios identificados en el informe “no son simplemente parte de la recuperación pandémica, sino estructurales”.
“El descenso del nivel de vida y la escasa productividad, combinados con una inflación persistente, crean las condiciones para una mayor desigualdad y socavan los esfuerzos por alcanzar la justicia social. Y sin una mayor justicia social nunca tendremos una recuperación sostenible”, puntualizó Houngbo
Los ingresos disponibles han disminuido en la mayoría de los países del Grupo de los 20 (G20, de economías industrializadas y emergentes) y, en general, la erosión de los niveles de vida resultante de la inflación “no es probable que se compense rápidamente”, según el análisis de la OIT.
Además, persisten importantes diferencias entre los países de renta alta y baja. Mientras que la tasa de brecha de empleo en 2023 era de 8,2 % en los países de renta alta, se situó en 20,5 % en el grupo de renta baja.
Del mismo modo, mientras que la tasa de desempleo en 2023 se mantuvo en 4,5 % en los países de renta alta, fue de 5,7% en los países de renta baja.
En el mundo hay cerca de 435 millones de personas con una necesidad insatisfecha de empleo, según la OIT.
En América Latina y el Caribe las tasas de empleo no han vuelto del todo a los niveles anteriores a la pandemia, aunque sí se ha reducido la brecha de género, con la tasa de participación laboral de las mujeres casi igual a la previa a la pandemia.
La creación de empleo contribuyó a reducir la tasa de desempleo en la región (de 8,0 % en 2019 a 6,2 % en 2023), pero las perspectivas son débiles y se estima que en 2024 y 2025 se mantendrá en torno a seis por ciento, debido a la desaceleración de la economía, que impediría la generación de puestos de trabajo.
La mayor desocupación se registraría entre los jóvenes, que ya en 2023 llegó a 13,6 % y puede seguir en aumento hasta 2025, alerta la OIT.
En el mundo, además, es probable que persista la pobreza de los trabajadores. A pesar de disminuir rápidamente después de 2020, el número de trabajadores en pobreza extrema (que ganan menos de 2,15 dólares por persona y día en términos de paridad del poder adquisitivo) aumentó en cerca de un millón en 2023.
El número de trabajadores en situación de pobreza moderada (que ganan menos de 3,65 dólares por persona y día en términos de paridad del poder adquisitivo) aumentó en 8,4 millones en 2023.
La desigualdad de ingresos también ha aumentado, advierte el estudio, y añade que la erosión de la renta real disponible “es un mal presagio para la demanda agregada y una recuperación económica más sostenida”.
Y a pesar de los avances tecnológicos y el aumento de la inversión, el crecimiento de la productividad ha seguido ralentizándose, pues gran parte de la inversión se ha destinado a sectores menos productivos, como los servicios y la construcción.
Otro aspecto importante es que las personas que se han reincorporado al mercado laboral tras la pandemia tienden a no trabajar el mismo número de horas que antes, y el número de días de baja por enfermedad ha aumentado significativamente.
Finalmente y según el informe, también se espera que las tasas de trabajo informal permanezcan estáticas, representando alrededor de 58 % de la mano de obra mundial en 2024.