El 1 de febrero de 1968, Eddie Adams, un fotoperiodista estadounidense que llevaba cubriendo la guerra de Vietnam desde hacía tres años para la Associated Press, acompañaba al jefe de la policía survietnamita, el brigadier general Loan, y a sus guardias por el barrio chino de Saigón.
Con ellos llevaban a un prisionero vestido con pantalón corto y camisa de cuadros. De pronto, en medio de la calle, la comitiva hizo un alto y Loan sacó un revolver y apuntó a la sien del detenido. Adams pensó que tan sólo queria asustar al prisionero para interrogarlo, pero nada más lejos de la verdad.
El general, sin ningún tipo de contemplaciones, abrió fuego y Nguyễn Văn Lém, que es como se llamaba el preso, cayó fulminado al suelo. Adams, sin pensarlo dos veces, también disparó su cámara y congeló el momento, una imagen que se volvería icónica y por la cual ganó el Premio Pulitzer. fuente: National Geographic