Puerto Príncipe, HAITI.- Steeve Pierre es miembro del comité que instaló una puerta en 2019 en la rue Père Huc, en la Route de Frères, en Pétion-Ville. La iniciativa estaba en marcha desde 2017 en el seno del comité vecinal.
En 2019, la creciente afluencia de transeúntes desconocidos a la zona, combinada con el aumento de la inseguridad durante el “Peyi lòk”, preocuparon a los residentes.
Entonces, el comité decidió intensificar e instalar una barrera en la entrada del barrio. “Era nuestro único recurso. Sabíamos que no podíamos contar con la policía”, explica Pierre.
Esta iniciativa, aunque arraigada desde hace algún tiempo en Haití, principalmente en determinados barrios conocidos por ser de lujo, ha ganado importancia en los últimos años en el área metropolitana de Puerto Príncipe, en un contexto en el que los grupos armados están intensificando su control sobre las localidades. previamente salvado.
AyiboPost identificó al menos diez puertas y barreras en la entrada de varios barrios del área metropolitana de Puerto Príncipe, en particular en Nazon, Turgeau, Delmas, Pétion-Ville, Pacot, Croix Desprez, Belle-Ville, etc.
Después de los ataques de bandidos armados en la ciudad de Debussy en abril de 2023 y de la ciudad de Carrefour-Feuilles en agosto, los habitantes de Croix Desprez tuvieron miedo y pensaron en instalar una puerta en la entrada de su barrio.
La iniciativa surgió a principios de 2024.
Loovensky vive en la zona desde hace dos años. El joven estudiante protesta contra el hecho de que la gente se vea obligada a abandonar sus hogares, pero se muestra escéptico sobre la eficacia de la iniciativa.
“Lo paradójico es que la mera presencia de la puerta me recuerda constantemente que algo anda mal. Como resultado, me pone cada vez más ansioso”, explica.
Además, continúa, “todo esto se suma a que en el fondo sé muy bien que no puedo estar seguro en ningún lado”.
Loovensky recuerda el asesinato del presidente Jovenel Moïse en su casa en julio de 2021.
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“En lugar de sentirme segura, me hace sentir como si estuviera en una prisión”, dice Sara, otra residente de Croix Desprez, refiriéndose al establecimiento de reglas estrictas sobre el horario de entrada y salida de la gente.
“Detrás de la barrera no me siento libre de moverme”, dice la joven.
Para otros residentes, saber que la puerta se cierra por la noche antes de acostarse les proporciona una sensación de seguridad. Este es el caso de Steeve Pierre.
"No es la solución más eficaz, pero sí tranquilizadora", afirma Pierre.
Para construir la puerta contribuyeron con 2.000 o 3.000 gourdes.
En varios barrios, los vecinos cuentan con brigadas encargadas de monitorear la entrada y salida de personas.
Por tanto, es arriesgado aventurarse más allá de los límites impuestos a altas horas de la noche sin poder identificarse claramente.
Steeve Pierre recuerda un episodio reciente en el que un hombre que vivía en la calle Père Huc volvió a llamar a la barrera a las dos de la madrugada, sin haber avisado de que iba a volver tan tarde. Normalmente, la barrera cierra a las 22 horas.
“Esto creó pánico. Pero resolvimos inmediatamente este asunto y tomamos medidas para garantizar que no volviera a suceder”, explica Pierre.
Entre abril y agosto de 2023, el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (CARDH) contabiliza más de 200 personas asesinadas, linchadas o quemadas en el área metropolitana de Puerto Príncipe como parte del movimiento de revuelta popular denominado “Bwa Kale” .
En varios barrios, los residentes lanzaron una búsqueda de extraños e individuos sospechosos de estar en connivencia con bandas armadas.
En Turgeau se observaron varias barreras.
Jean Baptiste Monjoly observa esto desde abril de 2023 en la Cité Gabriel, donde vive.
La gente ayudó a implementar este plan para prevenir ataques de pandillas.
En cuanto se produce un acontecimiento en los alrededores, explica Monjoly, "los habitantes de la Cité Gabriel se movilizan, con la vista fija en la puerta, para garantizar que ningún intruso pueda entrar en busca de refugio".
Aunque es bastante alta y robusta, el joven no cree que la puerta sea una solución definitiva contra los bandidos. “Sin embargo, en caso de ataques, puede servir como alerta”, explica a AyiboPost.
Se ha creado un comité para garantizar la gestión de la puerta, con un número de emergencia exclusivo disponible si es necesario durante la noche.
Para el sociólogo Kesler Bien-Aimé, la construcción de barreras en ciertos barrios populares indica que los residentes se hacen cargo de su propia seguridad, en un contexto en el que el Estado no cumple esta misión.
“Es un fenómeno cada vez más visible, pero que ya estaba en marcha en algunos lugares del país”, recuerda.
Anteriormente, determinados barrios residenciales como Juvénat, Pacot, etc. donde vive gente adinerada, construían barreras con el objetivo de atrincherarse en su interior y asegurarse así una cierta autonomía respecto al resto de habitantes.
Este modelo recuerda a las “comunidades cerradas” presentes en Francia y Estados Unidos.
“Es también una forma de indicar su posición social frente a otras clases menos afortunadas”, explica el sociólogo.
Para Bien-Aimé, lo que está sucediendo en los barrios populares es indicativo de un cambio profundo que desafía cada vez más la forma en que los grupos sociales conviven, más allá de los pequeños grupos formados para defenderse de la inseguridad.
AyiboPost intentó contactar a la Policía Nacional de Haití (PNH) para obtener su perspectiva sobre este fenómeno, pero no respondieron antes de la publicación de este artículo.