Puerto Príncipe, HAITI.- El presidente de la Conferencia Episcopal de Haití, Max Leroy Mésidor, ha alertado en un comunicado de que el país caribeño está caminando “peligrosamente hacia la guerra civil” mientras las bandas controlan las calles y la seguridad empeora.
Según ha explicado el purpurado, “las fuerzas de policía haitianas son impotentes frente a bandas bien armadas que se han convertido en un ejército organizado (…)”.
El también arzobispo de Puerto Príncipe ha asegurado que la Iglesia católica se ha convertido en uno de los objetivos de las bandas y los secuestros: “Hay secuestros por todas partes. Seas rico o pobre, intelectual o analfabeto, cualquiera puede ser secuestrado. Es una dictadura, una lacra que hay que combatir”.
Además, ha indicado que la vida se ha vuelto extremadamente peligrosa para los obispos haitianos, especialmente en las zonas controladas por las bandas, como la capital, Puerto Príncipe: “Intentamos trabajar y dar testimonio juntos. No es fácil, pero debemos llevar nuestra cruz y seguir a Cristo, especialmente durante este tiempo de Cuaresma”.La policía intenta retomar el control de Puerto Príncipe (AP Foto/Odelyn Joseph)
Mésidor ha recalacado de que las vías principales de la capital de Haití están controladas por las bandas: “Yo mismo no puedo visitar dos tercios de mi diócesis porque las carreteras están bloqueadas”.
A pesar de las dificultades y los peligros, la Iglesia haitiana continúa su labor mostrando una gran resistencia: “Nuestra gente quiere vivir”, ha asegurado subrayando que la principal misión de la Iglesia en Haití es mantener “viva la esperanza”.