SANTO DOMINGO (República Dominicana).- El incendio ocurrido el pasado 18 de marzo en una parte del Centro de Privación de Libertad (CPL) La Victoria, dejó al descubierto un centenar de hombres que contribuyeron con su rápido restablecimiento.
Ostentan la condición jurídica de “condenados definitivos” que avanzan a periodo de prueba del régimen progresivo, como parte de los beneficios penitenciarios establecidos en la Ley 113-21 que regula el Sistema Penitenciario Dominicano.
En medio del siniestro, muchas personas en muestra de solidaridad con la DGSPC y su incumbente, acudieron a La Victoria. Algunos, al saber que era la noticia del momento, hicieron acto de presencia para ser parte de la noticia, postear en sus redes y por otros medios, que había estado allí y opinar de manera favorable o no sobre lo acontecido.
Ellos, los privados de libertad, que integran las Brigadas Internas, no podían hacer lo mismo, ellos estaban obligados a quedarse a presenciar un panorama que lucía desolador, desesperanzador y caótico.
Sin pensarlo, pusieron manos a la obra y, comandados por Roberto Hernández Basilio, director general de Servicios Penitenciarios y Correccionales, la Dirección de Medio Libre, en la persona de Yeny Olga Hernández, y la directora del Centro Penitenciario de La Victoria en ese momento, María Amparo Cruz, y directores departamentales, entre otros, con silencio y dedicación, trabajaron sin desmayo en la limpieza de las áreas afectadas.
Luego del día miércoles 20, ya pocos se acercaban, mientras a lo interno del Centro de Privación de Libertad de La Victoria solo se escuchaba las arengas de ¡vamo arriba! , el paso rápido de los que iban y venían de sacar escombros, el sonido de las palas, las escobas, y las carretillas que anunciaban que venían saliendo los restos de vidas que habían quedado plasmadas en los despojos en lo que se convirtieron las pertenencias que poseían los privados de libertad que se alojaban en las celdas 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8 del área del patio de ese penal.
A 20 días de la tragedia que enlutó no solo a 13 familias dominicanas, sino, también a los compañeros de prisión y a las autoridades y colaboradores del sistema penitenciario y a la República Dominicana, las Brigadas Internas han hecho posible que, con su trabajo, sin días, ni horas, La Victoria despierte de la pesadilla que vivió.
La jornada motivó a muchos privados de libertad que vieron el desempeño de sus compañeros y sintiéndose identificados con lo que hacían, se interesaron y se sumaron a los trabajos de las Brigadas Internas, que no son más que privados de libertad que se encuentran en el periodo de prueba agrupados en torno a la Dirección de Medio Libre.