Santo Domingo, RD.- Hace casi dos décadas que el mundo digital se convirtió en parte esencial de la información y comunicación para miles de millones de personas en el mundo y, a pesar de sus vaivenes, las redes son más populares que nunca. En este contexto, el nivel de control y moderación necesario en las redes sociales ha pasado a ser parte central del debate en relación con el problema de la desinformación, la xenofobia y los discursos de odio.
Frente a esto, ¿cómo se ve la discusión sobre migración en las redes sociales a nivel regional?
El nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “Análisis de la opinión pública frente a la dinámica migratoria regional”, revela algunos hallazgos en esta temática.
Preparado por la Unidad de Migración del BID, y conectado a su nuevo Laboratorio de Percepción Ciudadana y Migración, el informe fue presentado en enero de 2024, y es el segundo de una serie que da seguimiento a la evolución de la percepción pública en relación con la migración en América Latina y el Caribe. A partir del monitoreo de la conversación en X (antes Twitter), durante el primer semestre del 2023, complementado con la información de encuestas nacionales de opinión pública disponibles.
En primera instancia describe un panorama regional en el que es posible observar una ligera disminución del volumen de la conversación sobre la temática migratoria respecto al mismo periodo en el año anterior.
La “seguridad” se mantiene como el tema de mayor relevancia asociado a las conversaciones, lo que se podría relacionar con la creencia de que la llegada de población migrante “genera un incremento en la delincuencia y la criminalidad”, y que esto influye fuertemente en las percepciones de las sociedades de acogida.
Sin embargo, esta percepción se puede contrastar con los bajos porcentajes de personas extranjeras en las cárceles nacionales de los países latinoamericanos, y los bajos niveles de incidencia reales en la criminalidad.
Los asuntos vinculados a la “política migratoria” y al “empleo” aparecen también en la agenda temática identificada por el estudio, con matices que se pueden señalar: mientras que en los ámbitos de “seguridad y empleo” predominan los sentimientos xenófobos, lo referente a la “política migratoria” tiene una tendencia más positiva.
“Más allá de las temáticas particulares en América Latina y el Caribe, los tweets identificados como xenófobos, es decir, que contienen lenguaje discriminatorio hacia la población migrante, representaron 22% del total de la conversación sobre migración en este periodo”, se afirma en el estudio del BID.
Aunque este número sigue representando la minoría dentro de la opinión pública, la xenofobia y el estigma pueden socavar la cohesión social y legitimar la exclusión de las personas migrantes. El estudio identificó que en el 2023 hubo un incremento en las respuestas xenófobas a tweets institucionales. Sin embargo, las cuentas emisoras de tweets xenófobos se mantuvieron con un bajo alcance, representando un 4% de las cuentas en total, y éstas con pocos seguidores.
El estudio del BID tiene una segunda parte interesante que analiza cómo, al aumentar el movimiento de personas migrando durante ciertos periodos, afectan también a las conversaciones en línea.
Por ejemplo, el aumento de la cantidad de personas cruzando el Darién entre Panamá y Colombia, tuvo un impacto en la opinión pública panameña en X: los mensajes que hablan sobre tránsito migratorio representaron en el primer semestre del 2023 el 19% de la conversación, mientras que en el primer semestre del 2022 apenas superaba el 5%.
Con el incremento de flujos migratorios reciente y los discursos que pueden surgir a partir de éstos, es importante también traer a la luz las contribuciones de las personas migrantes para las regiones de Latinoamérica y el Caribe. Por ejemplo, Un reciente estudio de la OIM determinó que en promedio un aumento del 1% en el número de inmigrantes está vinculado a un aumento de las exportaciones del país receptor de casi 8 mil dólares por cada inmigrante que llega.
Las plataformas en línea también facilitan la desinformación, ya que se basan en algoritmos y parámetros de interacción que se orientan hacia la ganancia monetaria a través de “clics” o tiempos de interacción. Como también afirmaba el WMR 2022 de la OIM, esto incentiva la creación y el intercambio de contenidos sensacionalistas.
Por todo esto persiste la necesidad y urgencia de trabajar junto a las plataformas de redes sociales, y otros actores involucrados, en la generación de estructuras cada vez más apropiadas de verificación y rendición de cuentas, para combatir la desinformación y la xenofobia.