El papa Francisco insistió este viernes en su pedido por el fin de la guerra en Gaza, en un mensaje enviado a la señal de noticias saudí Al Arabiya, con motivo del final del mes sagrado musulmán, Ramadán. El sumo pontífice se dirigió a los fieles y a todos los implicados en el conflicto y pidió intensificar los esfuerzos para que “no se aviven las llamas del resentimiento” en la región.
“Dios es paz y quiere la paz. Quien cree en él no puede sino repudiar la guerra, que no resuelve sino que aumenta los conflictos. La guerra, no me canso de repetirlo, es siempre y sólo una derrota, es un camino sin rumbo que no abre perspectivas sino que apaga la esperanza”, comenzó diciendo en el video.
A continuación, aseguró estar angustiado por el conflicto entre Israel y Hamas, que ha dejado a miles de personas desplazadas de sus hogares, así como otro tanto de muertos, heridos y hasta secuestrados. Así, apeló directamente a los bandos y abogó un cese de las hostilidades que evite continuar con el sufrimiento de estos de inocentes.
“Me angustia el conflicto de Palestina e Israel. (Pido un) alto el fuego inmediato en Gaza, donde se está produciendo una catástrofe humanitaria. Que la ayuda llegue a la población palestina que tanto sufre, ¡que se libere a los rehenes secuestrados en octubre!”, sostuvo.
Francisco también contempló en sus palabras al resto de países de la región alcanzados por los ataques, donde la violencia va en aumento. “Pienso en la atormentada Siria, en el Líbano, en todo Oriente Medio… ¡No dejemos que se aviven las llamas del resentimiento, impulsadas por los vientos mortíferos de la carrera armamentística! ¡No permitamos que la guerra se extienda, detengamos la inercia del mal!”, exclamó.
En ese sentido, puso especial énfasis en “las familias, los jóvenes, los trabajadores, los ancianos, los niños” quienes, “en sus corazones de gente corriente tienen un gran anhelo de paz”. “Ante la propagación de la violencia, mientras las lágrimas caen de sus ojos, una palabra sale de sus bocas: ‘basta’. ¡Basta! Yo también repito, a quienes tienen la grave responsabilidad de gobernar estas naciones: ¡basta, basta!”, insistió.
“Por favor, detengan el ruido de las armas y piensen en los niños, en todos los niños, como en sus propios hijos. Miremos todos al futuro a través de los ojos de los niños. Ellos no preguntan quién es el enemigo a destruir sino quiénes son los amigos con los que jugar; ¡necesitan casas, parques y escuelas, no tumbas y fosas!”, continuó en un intento de aliento a las partes a encontrar una salida pacífica de este enfrentamiento.
Por último, el Papa aseguró que una resolución sin violencia es posible y que “como en la naturaleza, los desiertos pueden florecer, también en el corazón de las personas y la vida de los pueblos”.
Destacó, sin embargo, que “de los desiertos del odio sólo brotarán brotes de esperanza si sabemos crecer juntos, codo con codo, si sabemos respetar las creencias de los demás, si sabemos reconocer el derecho de todo pueblo a existir y el derecho de todo pueblo a tener un Estado, y si sabemos vivir en paz sin demonizar a nadie”.