Era un aliado firme del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Hoseiní Jameneí, y compartía su postura dura respecto a las relaciones con Occidente.
El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, falleció en un accidente de helicóptero. El mandatario tenía 63 años.
El aparato en el que iba el mandatario tuvo que realizar un aterrizaje forzoso debido a la densa niebla. Asimismo, se informa que también perdieron la vida en el accidente el ayatolá Al Hashem, el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian; el gobernador de la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental, Malek Rahmati, dos empleados del cuerpo de protección del presidente, un piloto, un copiloto y un oficial técnico.
La aeronave formaba parte de un convoy presidencial de tres helicópteros. Los otros dos, que trasladaban a ministros y otros funcionarios, llegaron a su destino sin incidentes.
El lugar del accidente se sitúa en los alrededores de la aldea de Uzi, ubicada en los bosques de Arasbaran. Numerosos equipos de rescate fueron enviados para las labores de búsqueda. El difícil acceso a la zona del siniestro y las malas condiciones meteorológicas han obstaculizado el trabajo de los rescatistas.
Raisi ocupaba el cargo desde el 3 de agosto de 2021 tras ganar las elecciones presidenciales con una aplastante mayoría.
El líder iraní nació el 14 de diciembre de 1960 en el seno de la familia de un clérigo que vivía en la ciudad de Mashhad. Estudió derecho internacional privado en una universidad de Teherán y luego obtuvo un doctorado de ciencias jurídicas y derecho islámico. Durante sus estudios, Raisi participó en la Revolución iraní, las movilizaciones en el país que desembocaron en el derrocamiento de la dinastía Pahlaví.
En 1980, Raisi inició su trayectoria en el servicio público trabajando en la Secretaría General de la ciudad de Karaj y luego ocupó el cargo de fiscal de la urbe. En 1989, el futuro mandatario iraní se convirtió en fiscal de Teherán, tras trabajar durante años como fiscal adjunto.
A continuación, Raisi trabajó como jefe de la Inspección General iraní, más tarde como fiscal general del país y luego se convirtió en jefe del Tribunal Supremo. En este cargo, inició una campaña de lucha contra la corrupción y dio impulso a la elaboración de leyes contra la violencia doméstica.
Por primera vez, Raisi participó en las elecciones presidenciales en 2017, pero entonces perdió los comicios ante Hasán Rohaní, quien fue elegido para su segundo mandato. En aquellas elecciones, Raisi obtuvo el apoyo del 38,3 % de los votantes, mientras que Rohaní contó con el 57 % de los votos.
En 2021, Raisi volvió a postularse a la Presidencia y entonces tuvo éxito. Ganó las elecciones con una abrumadora mayoría: recibió el 63 % de los votos, mientras que su rival, Mohsen Rezaei, fue apoyado por casi el 12 % de los ciudadanos.
Raisi fue el primer presidente iraní sancionado por EE.UU. antes de llegar al poder. Washington impuso restricciones en su contra tras acusarlo de participar en una ejecución masiva de prisioneros políticos en 1988, así como por su trabajo en el Poder Judicial de Irán. Mientras tanto, los defensores del político rechazaron las acusaciones al respecto.
Raisi era un aliado firme del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Hoseiní Jameneí, y se reportaba que se le consideraba como su posible sucesor. Entre otras cosas, el presidente iraní compartía la postura dura del ayatolá respecto a las relaciones con Occidente.
No obstante, abogó por la revitalización del acuerdo nuclear que fue firmado por el grupo P5+1 (Reino Unido, China, Francia, Rusia, EE.UU. y Alemania) y la Unión Europea en 2015 y preveía el levantamiento de una serie de sanciones contra la República Islámica a cambio de su compromiso de no desarrollar ni adquirir armas nucleares. Cabe recordar que en 2018, bajo la Presidencia de Donald Trump, Washington se retiró unilateralmente del acuerdo, tras lo cual Irán empezó a suspender gradualmente sus obligaciones estipuladas en el pacto.
Durante el mandato de Raisi, se iniciaron las negociaciones con la Administración del presidente de EE.UU., Joe Biden, para reanudar el acuerdo conocido como JCPOA, pero estos esfuerzos permanecen estancados desde agosto de 2022.