A través de una colaboración con el Programa Ideas para una Recuperación Verde, empresas privadas invierten en proyectos innovadores que beneficien poblaciones y al medio ambiente.
San José, Costa Rica.- El Programa Regional Ideas para una Recuperación Verde en Centroamérica y República Dominicana (IR Verde), realizó dos convocatorias en los últimos años en las que se recibieron 146 propuestas de ideas
empresariales innovadoras que contribuyen a una economía sostenible.
Por medio de dos concursos regionales el Programa IR Verde incentivó la inversión del sector privado en proyectos que promueven soluciones verdes en la región SICA. Estos buscan contrarrestar los impactos negativos que dejó la pandemia, hacer un uso sostenible de la biodiversidad, mitigar los efectos del cambio climático y al mismo tiempo
generar empleo.
Este esfuerzo conjunto ha sido posible gracias a una inversión por parte del sector privado para la ejecución de estas ideas innovadoras, con un total de 3.5 millones de dólares.
IR Verde es co-ejecutado por la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) y la Cooperación Alemana para el Desarrollo, GIZ, por encargo del Ministerio Federal Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ).
Jair Urriola, Secretario Ejecutivo de la CCAD, afirma: “La región SICA puede alcanzar una mejor gestión de sus recursos ambientales gracias a iniciativas como el Programa Ideas para una Recuperación Verde. Estas soluciones empresariales innovadoras representan un paso adelante en la búsqueda de un desarrollo económico que priorice la protección
del medio ambiente y fomente la resiliencia frente a los desafíos globales”.
Dentro de las propuestas evaluadas durante los dos concursos, 38 destacan por su enfoque en la digitalización, lo que refleja un impulso hacia nuevas soluciones tecnológicas al abordar desafíos ambientales.
IR Verde contribuyó al mantenimiento y la creación de más de 2600 empleos, el 43.5% se destinados a mujeres, lo que subraya el compromiso con la igualdad de género en el ámbito empresarial. Kathrin Russner, Directora del Programa IR Verde, explica: “Para nuestro programa era importante sembrar semillas y promover un cambio de paradigma a nivel regional.
Ambos concursos buscan incentivar la inversión del sector privado para innovar a favor de la biodiversidad y con esto abrir nuevas oportunidades de negocio y contribuir a la protección de los recursos ecosistémicos”.
El programa IR Verde realizó en abril su evento virtual de cierre con presentaciones de proyectos y resultados en el que participaron todos los países involucrados en esta iniciativa, que incluye Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Guatemala y Belice. Además, se realizaron durante los 3 últimos años 3 foros regionales, 8 laboratorios de innovación y varios otros eventos virtuales y presenciales para apoyar el networking entre empresarios y sector público para fomentar un ecosistema de innovación verde en Centroamérica.
Para recopilar las buenas prácticas que evidencian el potencial, alcance y el impacto positivo de estos proyectos en la región, se publicaron paquetes con un total de 30 estudios de caso con las temáticas de agricultura sostenible, conservación ambiental, energía renovable, turismo sostenible, economía circular e inclusión de género, este
último para evidenciar la participación y liderazgo de mujeres dentro de iniciativas empresariales para la conversación de la biodiversidad.
Olga Sauma, parte de la Red Integrarse, comenta: “Para nosotros, es importante fomentar el desarrollo sostenible a lo largo de la región, por medio del fortalecimiento de conocimientos sobre la sostenibilidad en el ámbito empresarial. Por esto, formar parte del Programa IR Verde nos permitió contribuir al objetivo de sensibilizar y capacitar a las empresas sobre cómo lograr un adecuado crecimiento económico en armonía con el ambiente y la sociedad, a la vez que fomentamos alianzas sólidas para escalar el impacto en la región”.
Iniciativas como IR Verde y el compromiso del sector privado a nivel regional, demuestra que es posible la convivencia armoniosa entre el crecimiento económica y la conservación de los recursos naturales. Ante los desafíos del cambio climático y la perdida rápida de biodiversidad es fundamental para la región que el desarrollo productivo se redirija hacia un uso sostenible de la biodiversidad.