En 2018, después de 17 horas de interrogatorio, Thomas Pérez Jr. estaba sumido en un completo colapso mental mientras los detectives de la policía de Fontana continuaban interrogándolo sobre su padre supuestamente muerto, hasta que lo hicieron titubear para confesar un supuesto crimen.
A menos seis años de aquel momento, una ciudad del sur de California acordó pagar 900,000 dólares a un hispano que sufrió un colapso mental tras ser interrogado por detectives que lo obligaron a confesar el supuesto asesinato de su padre, a pesar de que este estaba vivo.
Thomas Pérez Jr. fue detenido tras reportar la desaparición de su padre, de 71 años, quién salió a caminar con el perro de la familia en la noche del 7 de agosto de 2018 pero no regresó.
La policía de Fontana inicialmente sospechó de Pérez después de observar que su casa estaba en desorden, como si hubiera ocurrido una “lucha”. El teléfono del padre de Pérez quedó dentro de la casa y la policía dijo que encontraron “manchas de sangre visibles”. Un perro policía había captado el olor de un cadáver, según muestran los registros judiciales.
Durante las 17 horas de interrogatorio policial, los detectives le dijeron falsamente a Pérez Jr. que habían encontrado muerto a su padre y que su cuerpo estaba en la morgue. “Tiene una etiqueta en el dedo del pie”, aseguró el detective, según los documentos judiciales citados por el periódico de Orange Register, que reveló la historia.
Pérez insistió en que no recordaba haber matado a nadie, pero los detectives supuestamente le dijeron que la mente humana a menudo intenta suprimir recuerdos estresantes.