Santo Domingo.-Desde el 2021, en la primera reunión de técnicos del Fondo Monetario Internacional que le tocó al gobierno del presidente Luis Abinader, ese organismo viene año tras año recomendando a las autoridades lo que deben hacer en término de política monetaria, fiscal y financiera, así como la reforma estructural que deben impulsarse para que le garanticen la sanidad a la economía dominicana y no se han impulsado.
Ahora, que el Gobierno entiende que está compelido a realizar esos ajustes, que al igual que el pasado gobernante Danilo Medina obvió, por conveniencia política o por no afectar la imagen del presidente Luis Abinader, pareciera que se apalancará en la receta del FMI para de alguna manera, presentar que es una imposición de organismos internacionales y así de alguna manera, redistribuir el costo político y social que pudieran generar.
Tomada la temperatura nacional por parte del Gobierno, a nivel político y empresarial, con la “impostergabilidad” de la reforma, que no se ha presentado oficialmente ni en un borrador, parece necesario apalancar o justificarla con las recomendaciones del FMI y por ello se ha comenzado a difundir que vienen técnicos de ese organismo a hacer las recomendaciones para que se presenten los alcances, cuando en realidad es la acostumbrada y agendada visita anual que está contenida en el artículo IV del Convenio Constitutivo del FMI y que por las elecciones no se llevó a cabo en mayo.
Si revisamos las conclusiones y recomendaciones de esas visitas de los técnicos del FMI en la actual gestión de gobierno, que son hechos públicos por el mismo organismo internacional y replicados aquí por el Banco Central, encontraremos los ejes principales propuestos y que no se han acogido en su plenitud.
Por ejemplo, el informe de 2021 recomienda garantizar la sostenibilidad de la deuda pública, establecer controles estrictos de los gastos no prioritarios y una mejor focalización de los programas sociales y de empleo.
“La necesidad de movilizar los ingresos a mediano plazo mediante la ampliación de la base impositiva y la revisión de las exenciones fiscales. Señalaron que las nuevas reformas en el sector eléctrico ayudarán a crear un espacio fiscal para reducir los riesgos de sostenibilidad de la deuda, protegiendo al mismo tiempo la inversión y el gasto social”.
Así como recapitalizar al Banco Central, para aumentar su independencia financiera e institucional e impulsar una reforma estructural y garantizar que “los programas sociales sean más eficaces y se centren en aumentar la participación en el mercado laboral y el apoyo a la educación, modernizar el código laboral para permitir acuerdos de trabajo más flexibles y formales, reducir las brechas de competencias en el mercado laboral y abordar la pobreza rural y la desigualdad de género”.
En 2022, los técnicos del FMI recomendaron acciones para reducir la inflación, sostenibilidad deuda pública, reforma del sector eléctrico, ley de responsabilidad fiscal, aumento de los ingresos fiscales, recapitalización del Banco Central, potenciar “la inversión en infraestructura y en capital humano, mercados laborales más flexibles y formales, mayor calidad de la educación, una mayor participación de la mujer en el mercado laboral, y políticas para mitigar el efecto del cambio climático podrán reforzar aún más el potencial de crecimiento”.
Después de las evaluaciones de la visita realizada en mayo de 2023, las recomendaciones fueron recapitalización del Banco Central en materia de política monetaria, en política financiera continuar la modernización y fortalecimiento de las regulaciones y las reformas estructurales.
Y dentro de esas reformas estructurales, el tema que ven como fundamental, el del sector eléctrico. “Las autoridades deben perseverar en las reformas del sector eléctrico y garantizar a la vez un apoyo adecuado a la población más vulnerable”.
Además, “reforzar aún más los marcos de política, el clima empresarial y las redes de protección social para reforzar el crecimiento inclusivo”.
