París, Francia.-Concluyeron oficialmente los Juegos Olímpicos en la capital francesa. El medallista Léon Marchand fue el encargado de apagar el pebetero, mientras en los parlantes se escuchaba una gran versión de A mí manera. El show de la pirotecnia del final conmovió a todos los espectadores.
La emoción invade al Stade de France
Tras el himno olímpico, se realizó el traspaso de banderas. La alcaldesa de París, Ana María Hidalgo Aleu, le entregó el estandarte a la funcionaria de Los Ángeles, Karen Bass, en el puente que une metafóricamente a ambos pueblos.
El presidente del Comité Olímpico Internacional recordó las tensiones que hay en el mundo y advirtió que la unión de las delegaciones en París hicieron que “La Ciudad de la Luz brille más que nunca”. “Cada competencia estuvo al borde de la perfección. Hemos demostrado de la capacidad que tenemos los humanos. Durante todos este tiempo han vivido bajo una cultura de paz en la Villa Olímpica, sin importar si sus países estuvieran en guerra. Gracias por hacernos creer en un mundo mejor para todos”, subrayó.
Show de música y luces con mirada futurista
El mítico Stade de France se convierte en un escenario magnífico, en donde el espectáculo atraviesa un momento de suspenso e intriga.
La popular banda francesa liderada por Thomas Mars aporta la cuota de pop en el Stade de France.
El rapero interpreta sus éxitos en Los Ángeles, donde se disputarán los próximos Juegos Olímpicos.
Tom Cruise paraliza al planeta
El intérprete de Misión Imposible descendió desde el techo del Stade de France para retirar la bandera olímpica y llevarla hasta Los Ángeles. El cartel de Holywood con los tradicionales anillos y la música a cargo de los Red Hot Chili Peppers conformaron un combo mágico cargado de adrenalina.
De París a Los Ángeles sin escalas
Los Juegos Olímpicos de la capital francesa le pasarán la posta a la ciudad californiana en la ceremonia de clausura. Mientras que París mostró al río Sena, Los Ángeles tendrá al océano Pacífico y sus playas. Los edificios históricos incomparables de Europa ofrecieron un aspecto cinematográfico. Por su parte, las calles de los Estados Unidos mostrarán una historia viviente del cine y la televisión.