Santo Domingo, RD.- Al comparar el EMBI promedio de países con grado de inversión—como México, Panamá, Perú, Uruguay, Paraguay y Chile—con el de República Dominicana, se observa que, aunque el país ha mejorado su calificación crediticia, aún presenta un mayor riesgo en relación con estos países. En lo que va de año, el EMBI promedio para los países con grado de inversión es de 1.91, mientras que para República Dominicana es de 2.29. Esto indica que, a pesar de los avances, la economía dominicana sigue siendo percibida como más riesgosa que las economías con grado de inversión.
La calificación crediticia de los bonos emitidos por un país es un reflejo de la fortaleza económica e institucional de una nación. Una calificación positiva no solo es un voto de confianza en la estabilidad del país, sino que también abre puertas a la inversión extranjera y permite el acceso a financiamiento a tasas de interés más bajas.
El Indicador de Bonos de Mercados Emergentes o Emerging Markets Bonds Index (EMBI), es una métrica utilizada para medir el riesgo de un país. Este indicador muestra la diferencia entre la tasa de interés de los bonos denominados en dólares emitidos por economías emergentes y la tasa de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, que se asumen como libres de riesgo. En términos simples, a mayor riesgo percibido por los inversionistas, mayor será la tasa de interés que un país debe ofrecer para atraer compradores.
Frente a la realidad actual, surge la pregunta: ¿Cómo puede República Dominicana alcanzar el grado de inversión?
Para lograr una mejor calificación crediticia es necesario enfocarse en varios aspectos fundamentales, como mantener una economía estable, fortalecer las instituciones, asegurar finanzas públicas sostenibles y contar con un sistema tributario eficiente. En esta línea, el CREES propone una serie de reformas estructurales. Estas incluyen una transformación tributaria y reglas fiscales claras. Esta transformación debe ir acompañada de mejoras en sectores clave como el energético, el mercado laboral, el mercado de hidrocarburos, y la reducción de la burocracia estatal. Con estas reformas, no solo se podría alcanzar una mejor calificación crediticia, sino que también se darían pasos importantes hacia el desarrollo económico sostenible del país. Fuente CREES