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SANTO DOMINGO, RD.- El extinto y recordado ex presidente Joaquín Balaguer, considerado uno de los políticos más sagaces nacidos en Latinoamérica, manejaba con mucho tacto, carácter y diplomacia las diversas situaciones políticas y sociales que les correspondió lidiar durante su larga trayectoria como mandatario de la nación.
A quien esto escribe le tocó la experiencia de compartir parte de esa realidad, tanto en situaciones internas, como internacionales.
Para solo citar algunas, recordamos que cuando visitó la Casa Blanca en 1998, con una fina gentileza y habilidad política de la que hacía gala, Balaguer declinó una propuesta del gobernante norteamericano de la época, Ronald Reagan, para que acogiera como refugiado al depuesto jefe del gobierno panameño general Manuel Antonio Noriega.
El fenecido presidente norteamericano (1981-1989) acogió con finos detalles en la Casa Blanca, en una misma década, a dos mandatarios dominicanos en visitas oficial y de Estado.
El primero de ellos fue Joaquín Balaguer en marzo del año 1988, a quien dispensó un trato especial y trascendental por los finos detalles con que lo recibió y atendió.
Fue tanto así, que Reagan dispuso que su avión presidencial, el “Air Force One” esperara a Balaguer en el aeropuerto internacional de Miami para trasladarlo luego en helicóptero desde la base aérea Andrews, en Washington, dadas las limitaciones físicas del veterano político dominicano.
Desde esa base, Balaguer fue trasladado hasta la sede de la embajada dominicana en la capital norteamericana, ubicada en una propiedad del Estado dominicano.
En otro escenario, también internacional, en junio de 1993 Balaguer se trasladado de manera precipitada desde su despacho del Palacio Nacional al desaparecido aeropuerto de Herrera, donde abordó un avión ambulancia, propiedad del entonces vicepresidente Jacinto Peynado.
Al ser preguntado en las escalinatas de la aeronave por este periodista hacia donde se dirigiría, expresó que a Houston, lo que motivó que el matutino “Listín Diario”, donde laborábamos para la fuente noticiosa del Palacio Nacional, nos enviara a dicha ciudad a cubrir el viaje.
Una vez llegaos a dicha ciudad norteamericana en horas de la noche, fuimos informados de que se había quedado internado en un hospital de Miami.
Acompañados del colega Jesús Manuel Jiménez Vásquez, periódico “HOY”, nos devolvimos hacia La Florida y una vez en las oficinas del consulado en Miami establecimos la veracidad de la información.
Realmente Balaguer viajo en el avión ambulancia de Peynado el cual aterrizó en un aeropuerto al norte de Miami, y desde el cual, trasladado en helicóptero al “Jackson Memorial Hospital” donde quedó ingresado y horas más tarde le fue practicada una cirugía vascular a cargo de un equipo médico encabezado por los doctores Anselmo Nuñez, cubano americano, y Alfredo Mistrani, ítalo-americano.
Para restringir las informaciones sobre la evolución de Balaguer, fue ingresado con el nombre de “José Martínez”,, pariente de uno de sus médicos de cabecera, Rodolfo Rincón Martínez.
Tras permanecer 11 días ingresado en el centro de salud, Balaguer pospuso su hecha de salida para no exponerse, en sillas de rueda, a las grabaciones de los medios de comunicación que se instalaron desde temprano en la explanada del centro de salud para captar su salida.
Cuando fue dado de alta, Balaguer fue informado en su lecho que el Departamento de Estado de los Estados Unidos asumiría los gastos médicos, lo que rechazo de inmediato y ordeno que su asistente Aníbal Páez y una de sus sobrinas Carmen Rosa Hernández Balaguer recogieran el total de la deuda y las pago.
En lo local, un caso muy recordado tuvo que ver con el dirigente política Rafael “Fafa” Taveras, quien se encontraba preso en La Victoria y su extinta esposa, doña Magalis Pineda visito la redacción del “Listin Diario” para buscar la mediación de su director don Rafael Herrera para que gestionara el traslado del acosado política de oposición al hospital “Marion”.
Ese día, en la noche, don Rafael nos pidió que lo acompañara al Palacio Nacional para entrevistarse con el doctor Balaguer y una vez le presentó su solicitud, el veterano político le expreso: “Váyase tranquilo. Vamos a ver si logro convencer al jefe de la Policía para que autorice el internamiento”.
El jefe de la Policía de entonces era el general Neit Rafael Nivar Seijas. Cosas veredas
