Puerto Príncipe, Haití – A dos meses de la llegada de 400 agentes de la Policía de Kenia a Haití, la tensión entre las fuerzas locales y extranjeras amenazan con hacer disfuncional la colaboración en la lucha contra las pandillas que azotan al país.
Los agentes kenianos, desplegados en el marco de una misión multinacional aprobada por la ONU, han expresado frustraciones sobre la falta de personal y equipamiento, mientras que la Policía Nacional de Haití (PNH) critica la reticencia de los kenianos a ingresar a zonas de alto riesgo, como Bel-Air y Solino. A esto se suman barreras lingüísticas, con quejas de oficiales haitianos sobre el uso del swahili en ciertas conversaciones, lo que genera incomodidad y desconfianza.
Las tensiones también se ven agravadas por las diferencias salariales. Los agentes kenianos ganan aproximadamente siete veces más que sus contrapartes haitianas, lo que genera malestar dentro de la PNH.
"Es difícil imaginar una colaboración eficaz teniendo en cuenta estas diferencias", comentó Garry Jean-Baptiste, portavoz del Sindicato Nacional de Policía de Haití (SPNH-17), quien exhorta a las autoridades a abordar esta disparidad lo más pronto posible.
Por su parte, un alto ejecutivo de la misión keniana ha denunciado una "campaña de desinformación" por parte de algunos agentes haitianos, luego de que se publicaran notas de voz criticando la actuación de los kenianos en el terreno.
A pesar de estos desafíos, la misión keniana sigue adelante, con el apoyo de las Naciones Unidas y Estados Unidos, aunque la colaboración plena entre ambas fuerzas parece aún distante.