Santo Domingo.-El Gobierno parece ha preferido que la discusión de la proyectada reforma fiscal se discuta en el Congreso Nacional y no aventurarse en un consenso con los actores de la sociedad a través del Consejo Económico y Social, escenario que en la pasada gestión no le dio los resultados esperado en los proyectos de reforma sometidos.
Esta decisión es debido a que en ese 4escenaruio en Gobierno cuenta con la mayoría necesaria, a través de los congresistas del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y los aliados, para impulsarla por más que la oposición quisiera boicotearla.
Además, parece que el presidente de la República, Luis Abinader, quiere evitar en el escenario del Consejo Económica y Social, que sectores especializados y los partidos políticos de la oposición puedan fijar posiciones que lleven a los sectores populares a rechazarla en las calles con protestas.
De la reforma solo se conoce, de forma oficial, lo que ha dejado saber el presidente Luis Abinader, que primero presentará en la próxima semana la reforma del gasto público, la cual incluirá las instituciones que serán fusionadas o eliminadas.
“Esperamos la próxima semana informar sobre la reforma al gasto público, quiere decir los programas de eficientización del gasto y las entidades que se van a informar y a proponer desde el gobierno”.
Sin una confirmación oficial, se ha filtrado o dejado saber por comentarios de funcionarios del sector económico, que se pretende lograr con la reforma aumentar los ingresos alrededor del 1.7% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivaldría a 120 mil millones de pesos.
Ya sabido, por el borrador que se puso a circular en el 2021, aunque el Gobierno no ha admitido que es suyo, que se estaría aumentando la base del Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS), el Impuesto Sobre la Renta y los impuestos a los vehículos y las propiedades.
Como para suavizar esa andanada de impuestos, que la mayoría irían a la clase media, el Gobierno ha dejado saber que presentará la próxima semana un plan de eficiencia burocrática del gobierno, con lo que aspiran a ahorrar el equivalente al 0.25 por ciento del Producto Interno Bruto.
Ese plan propondría, como ya el presidente Abinader ha adelantado, eliminación y fusión de entidades públicas, que dice tienen un mismo rol, han cumplido con el objetivo para el cual fueron creadas o no son necesarias ya y conllevan un gasto muy alto en personal y operación.
Con esa eficientización del estamento gubernamental y aumentando los ingresos fiscales, espera obtener un 2 por ciento del PIB, lo cual serían 140 mil millones de pesos, que sumado a los 120 mil de los nuevos impuestos, sumarían 360 mil millones, más del 3.7% que representa el déficit fiscal actual.
Ese dinero ha hecho saber el Gobierno lo necesita para aumentar la inversión en obras, en seguridad ciudadana, en el sistema de transporte y en salud.