NUEVA YORK — Un Juan Soto adolorido se puso de pie, tambaleándose mientras sonaba una pista instrumental de la banda sonora de “Rocky” en los altavoces del Yankee Stadium. Desde su perspectiva en el dugout de primera base, Jazz Chisholm Jr. tenía una idea de lo que estaba a punto de pasar.
“La forma en que miraba a su alrededor, podías verlo en sus ojos, estaba a punto de hacer algo especial”, dijo Chisholm.
Soto respondió con un dramático jonrón que puso a los Yankees adelante en la pizarra, que celebró tirando el bate, y más emociones estaban por venir.
Austin Wells empató el juego con un hit impulsador como bateador emergente en el 10mo inning, y Chisholm conectó el primer hit de oro de su carrera en el 11mo, dándole a los Yankees una victoria de 4-3 sobre los Reales la noche del miércoles en el Bronx.
“Esto solo requiere de corazón”, dijo Chisholm. “Sabemos que no estamos jugando a nuestra capacidad en este momento. Nadie está encendido ahora; Cap [Aaron Judge] se enfrió un poco [15 juegos sin dar un jonrón, empatando su racha más larga desde 2017]. Soto pasó por un pequeño bache. Pero así es como nos mantenemos unidos. Este es un equipo capaz de ganar un título, y esto es lo que hacemos. Luchamos hasta el final.”
Frente al zurdo Kris Bubic, Chisholm conectó un roletazo fuerte hacia el campocorto Bobby Witt Jr., quien hizo una jugada espectacular lanzándose para atrapar la bola. Sin embargo, su tiro al plato fue desviado, lo que permitió que el corredor emergente Jon Berti se lanzara de cabeza al home con la carrera decisiva.
“Me complació mucho que no intentara hacer demasiado. Mantuvo todo simple”, dijo el mánager Aaron Boone. “Conectó la bola con la maceta, lo justo para sacarla del alcance de Witt. Fue un turno de calidad en esa situación”.
Luke Weaver se llevó la victoria, que colocó a los Yankees 1.5 juegos por delante de los Orioles, quienes perdieron ante los Medias Rojas en Fenway Park.
“Esta fue una gran serie para nosotros, contra un muy buen equipo que nos lanzó de manera excelente”, siguió Boone. “Muchos muchachos hicieron cosas importantes esta noche en un juego en el que las carreras fueron difíciles de conseguir”.
Chisholm, quien también realizó una brillante jugada defensiva robándole a Freddy Fermin un extrabase en la sexta entrada, comentó que la atmósfera se sentía “como un juego de playoffs”.
“Creo que fue en el octavo inning, cuando conseguimos un ponche para terminar la entrada y todo el estadio estalló,” recordó Chisholm. “Me quedé con los ojos bien abiertos, como, 'Oh, esto es increíble.' Y ni siquiera estamos en octubre aún. No puedo esperar”.
Si el calendario hubiera avanzado un mes, el jonrón de Soto en la sexta entrada podría haber sido legendario. Soto se lastimó el tobillo derecho al batearse un foul contra un pitcheo de Cole Ragans. Intentó ponerse de pie, pero cayó al suelo adolorido mientras el mánager Aaron Boone y el trainer Tim Lentych corrían para auxiliarlo.
“Fue mucho dolor, pero al final traté de concentrarme en ese turno”, explicó Soto. “A veces, cuando te golpeas así, te desconcentras un poco. Traté de enfocarme, tomarme mi tiempo y hacer buen contacto”.
Al regresar al plato, Soto hizo un medio swing y conectó otro foul, pero luego mandó una curva hacia las gradas del jardín derecho para su jonrón número 39 de la temporada, un tope personal. Soto explicó que su famoso bat flip fue en parte por el dolor que aún sentía al comenzar su trote.
Boone añadió: “Tiene esa habilidad para esos momentos teatrales bien dominada aquí. Me preocupaba si iba a poder terminar el turno. De alguna manera, tal vez eso lo enfocó más.”
Kansas City respondió en la séptima contra Clay Holmes, quien sigue luchando por recuperar su lugar en el bullpen. Un elevado de sacrificio del venezolano Salvador Pérez empató el juego ante el derecho, quien sumó su duodécimo salvamento desperdiciado, el mayor número en las Grandes Ligas.
“Le hicieron buenos contactos”, reconoció Boone.
Esa frustración se desvaneció con la batalla de ida y vuelta en extra innings, lo que permitió a los Yankees celebrar la conquista de la serie en esta que es su penúltima estadía en casa de la campaña regular. Tal vez sea momento de invertir en antiácidos; en opinión de Chisholm, habrá muchas más noches como esta en unas pocas semanas.
“Creo que va a ser increíble”, insistió Chisholm. “Creo que voy a salir y dejar el corazón en el terreno todos los días. Voy a dejarlo todo ahí hasta que consigamos ese anillo”.