Pese a que el fútbol trata de promover la convivencia, el trabajo en equipo o el respeto, los aficionados de ese deporte insisten en comportarse de forma totalmente contraria. No obstante, desde hace un tiempo los organismos deportivos han dejado de hacer oídos sordos a las denuncias de jugadores, equipos e instituciones.
El Atlético de Madrid conoce lo que es tener que cerrar parcialmente su estadio por comentarios racistas, como los que tuvo que soportar Nico Williams. Durante el derbi liguero contra el Real Madrid también protagonizaron unas imágenes que no dejan nada bien a los seguidores del fútbol.
El Comité de Competición de la Federación sancionó al club con el cierre parcial del renombrado como Riyadh Air Metropolitano. En concreto, solicitaron la clausura de los sectores del 127 al 133. Además, también se le impuso una multa económica de 45.000 euros.
A la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se suma también el Comité de Apelación de la UEFA. En su caso se les ha impuesto una multa de 30.000 euros por el comportamiento racista de algunos de sus aficionados en el partido de Champions ante el Benfica.
En el comunicado se indica que se va a “imponer al Club Atlético de Madrid una multa de 30.000 € y prohibir al Club Atlético de Madrid la venta de entradas a sus aficionados visitantes para el siguiente (1) partido de competición UEFA, por el comportamiento racista y/o discriminatorio de sus aficionados. Dicha prohibición de venta de entradas a sus aficionados visitantes queda suspendida por un periodo de prueba de un (1) año, a contar desde la fecha de la presente resolución”.
No obstante, la UEFA no solo ha sancionado al club rojiblanco. La Champions ha dejado numerosas imágenes para el olvido, las cuales están teniendo repercusiones, no solo legales, sino a nivel de clubes. A los de Cerezo se une la Lazio italiana, el Anderlecht belga y el Gallen suizo.
Finalmente, se ha determinado multar con 4.500 euros el encendido de fuegos artificiales; 9.000 euros el lanzamiento de objetos; y 8.000 euros el bloqueo de la vía. En total, el club deberá pagar 21.500 euros. Además, se ha ordenado “el cierre parcial del estadio de la SS Lazio (es decir, los sectores 48 y 49 de la Curva Nord), durante el próximo (1) partido de competición UEFA en el que la SS Lazio juegue como club anfitrión, de conformidad con el artículo 26 (3) del Reglamento Disciplinario de la UEFA”. Por otro lado, se añade otra multa económica de 45.000 euros por las conductas racistas.
“Multar a la SS Lazio con 45.000 euros y ordenar el cierre parcial del estadio de la SS Lazio (es decir, los sectores 48b y 49b de la Curva Nord) durante un (1) partido más de competición UEFA en el que la SS Lazio juegue como club anfitrión, por la conducta racista de sus aficionados. El cierre parcial del estadio queda suspendido durante un periodo de prueba de un (1) año, a contar desde la fecha de la presente decisión”, añadieron.
La visita de los belgas a España dio mucho de lo que hablar. Los aficionados del Anderlecht visitaron San Sebastián y sembraron el caos en la ciudad; los negocios cerraron antes de su hora, se cancelaron las clases por la tarde… todo con el objetivo de prevenir cualquier altercado que pudieran causar.Los jugadores del Anderlecht Theo Leoni y N’Diaye Moussa se dirigen a sus seguidores. (Juan Herrero/EFE)
Pese a las medidas de los locales, los ultras lograron colarse en el estadio, eso sí, encapuchados. Tras el encuentro, miembros del Staff del club tuvieron que salir a pedir perdón por lo vivido durante los 90 minutos. A la actuación de la policía del País Vasco, se suman las sanciones de la UEFA. Entre las acusaciones figuran: lanzamiento de objetos, actos que causen daños al estadio y/o a sus instalaciones y disturbios de multitudes.
“Ordenar la ejecución de la medida disciplinaria suspendida impuesta por el Comité de Apelación de la UEFA en su decisión del 21 de octubre de 2022 por encendido de fuegos artificiales, lanzamiento de objetos, actos de daño y disturbios de la multitud, es decir, prohibir al RSC Anderlecht vender entradas a sus aficionados visitantes para el próximo (1) partido de competición de la UEFA de conformidad con el Artículo 26 (3) del Reglamento Disciplinario de la UEFA”, se recoge en el veredicto de la entidad.
A su vez, recibirán una multa de 60.000 euros y la prohibición de vender entradas a sus aficionados visitantes para dos partidos adicionales de competición UEFA. Y se ordena al club belga ponerse en contacto con la Real Sociedad para reparar los daños causados en la pared de plástico que rompieron, así como los desperfectos causados a los asientos.
El último en pagar el precio de sus actos fue el Gallen. El equipo de Suiza, que compite en la Conference League, fue acusado de generar disturbios, dañar las instalaciones y de encender fuegos artificiales. Por ello, se le ha impuesto una multa de 10.000 euros por los altercados.
No obstante, las sanciones no quedaron ahí. “Multa al FC St. Gallen con 30.000 € y se le prohíbe vender entradas a sus aficionados visitantes para el próximo (1) partido de competición UEFA por encender fuegos artificiales. La prohibición de vender entradas a los aficionados visitantes queda suspendida por un periodo de prueba de dos (2) años a partir de la fecha de la presente decisión”, reaccionó la UEFA.
También deberá pagar 5.000 euros por los daños causados y se ordena al club a ponerse “en contacto con el Cercle Brugge KSV en el plazo de 30 días para la reparación de los daños causados por sus aficionados, es decir, por los asientos dañados en el sector visitante”.