WASHINGTON.-Donald Trump fue elegido 47mo presidente de Estados Unidos el miércoles, un regreso extraordinario para un expresidente que se negó a aceptar la derrota hace cuatro años, provocó una insurrección violenta en el Capitolio, fue condenado por delitos graves y sobrevivió a dos intentos de asesinato.
Con su victoria en Wisconsin, Trump alcanzó los 270 votos electorales necesarios para lograr la presidencia.
El triunfo valida su enfoque agresivo en la política. Atacó a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, en términos profundamente personales — y a menudo misóginos y racistas — mientras presentaba una imagen apocalíptica de un país invadido por migrantes violentos. Su retórica áspera, combinada con una imagen de hipermasculinidad, resonó con los votantes enojados, especialmente hombres, en una nación profundamente polarizada.
Como presidente, ha prometido llevar a cabo una agenda centrada en remodelar drásticamente el gobierno federal y buscar represalias contra aquellos a los que percibe como enemigos. En un discurso ante sus simpatizantes en la madrugada del miércoles, Trump afirmó que había ganado “un mandato poderoso y sin precedentes”.