SAN JUAN, Puerto Rico. — Cuando la policía de Kenia llegó a Haití a principios de este año como parte de una misión respaldada por la ONU para abordar la violencia de las pandillas, las esperanzas eran altas.
Los ataques coordinados de las pandillas contra prisiones, estaciones de policía y el principal aeropuerto internacional habían paralizado la capital del país y obligado al primer ministro a renunciar, sumiendo a Haití en una crisis sin precedentes.
Pero la crisis sólo se ha profundizado desde que llegó el contingente policial internacional. El principal aeropuerto internacional cerró por segunda vez este año después de que las pandillas dispararon contra vuelos comerciales a mediados de noviembre, hiriendo a un sobrecargo. Hombres armados también están atacando comunidades que alguna vez fueron pacíficas para intentar tomar el control de toda la capital, aprovechando las luchas políticas internas que condujeron al abrupto despido del primer ministro a principios de este mes.
Ahora, un nuevo primer ministro tiene la tarea de revertir la situación de una nación que no ve salida a sus problemas mientras los haitianos se preguntan: ¿Cómo fue que el país llegó a este punto?
“Sin una autoridad funcional”
Durante mucho tiempo, los golpes de Estado sangrientos, las dictaduras brutales y las pandillas creadas por la élite política y económica de Haití han definido la historia del país, pero los expertos señalaron que la crisis actual es la peor que han visto.
“Soy muy pesimista sobre el futuro”, dijo Robert Fatton, un experto en política haitiana de la Universidad de Virginia. “Toda la situación realmente se está derrumbando”.
El gobierno es anémico, la misión respaldada por la ONU que apoya al departamento de policía con poco personal carece de financiación y personal, y las pandillas ahora controlan el 85% de la capital. Y el miércoles, la nación sufrió otro golpe.