SANTO DOMINGO. – La víspera de Año Nuevo en la República Dominicana es una época de intensa actividad, marcada por desplazamientos masivos, dinamismo comercial y preparativos festivos que reflejan la importancia de esta celebración en la cultura dominicana.
A partir del 30 de diciembre, año tras año se observa un notable incremento en el flujo de pasajeros en las principales terminales de autobuses del país. Familias enteras se trasladan desde las ciudades hacia sus pueblos de origen para recibir el Año Nuevo junto a sus seres queridos.
Terminales como Caribe Tours y la Asociación de Propietarios de Autobuses de Transporte Público de la Provincia La Altagracia (APTPRA), registran una afluencia masiva de viajeros durante estos días.
Dinamismo en el comercio
El comercio experimenta una significativa reactivación en esta época, tras haber mermado luego de la celebración del Día de Navidad.
Los dominicanos acuden en masa a tiendas y mercados para adquirir ropa nueva, una tradición que simboliza la renovación y la esperanza de un próspero año venidero.
Además, los supermercados y mercados populares se ven abarrotados de personas comprando alimentos para las cenas familiares, incluyendo productos tradicionales como el cerdo asado, pollo, arroz, vegetales, uvas y manzanas, pese al incremento de los precios que suelen ocurrir en esta época.
Preparativos festivos y tradiciones
Más allá de las compras, los dominicanos se preparan para recibir el Año Nuevo con diversas tradiciones. La limpieza profunda del hogar es común, simbolizando la eliminación de las malas energías del año que termina.
Algunos también practican rituales como salir con una maleta a la medianoche, con la esperanza de que el nuevo año traiga oportunidades de viaje. Las celebraciones incluyen reuniones familiares, comidas festivas y el uso de vestimentas codificadas por colores para atraer buena suerte.
En el, la llegada del Año Nuevo no solo se celebra con abrazos y promesas; también es una ocasión para brindar y disfrutar hasta el amanecer. El ron, la cerveza y los tragos tradicionales se convierten en compañeros inseparables de la fiesta, mientras la música retumba en cada rincón. Es común que las reuniones familiares y de amigos se transformen en largas jornadas de baile y alegría, donde el espíritu festivo se mantiene encendido hasta que los primeros rayos del sol anuncian el comienzo del nuevo año.
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En el Gran Santo Domingo las festividades de Año Nuevo tienen su propio ritmo vibrante y urbano, y aunque muchos aprovechan la ocasión para viajar al interior y reunirse con sus familias, no todos toman esta ruta. Algunas avenidas principales y barrios se llenan de vida con reuniones vecinales, fiestas en casa y celebraciones en bares y restaurantes. En el Malecón, es habitual ver familias y grupos de amigos despidiendo el año bajo el cielo iluminado por fuegos artificiales, mientras otros optan por disfrutar de los eventos organizados en hoteles y clubes nocturnos, que ofrecen música en vivo y un ambiente de lujo para recibir el nuevo año en grande.
Operativos de seguridad
De su lado, las autoridades refuerzan la seguridad en las vías públicas con operativos especiales diseñados para prevenir accidentes y mantener el orden durante las festividades. La Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT) despliega agentes en puntos estratégicos, mientras el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) coordina acciones con hospitales y servicios de emergencia para atender cualquier eventualidad. Estas medidas buscan garantizar que la ciudadanía pueda disfrutar de la celebración de manera segura y sin contratiempos.
El regreso a la rutina
Al concluir el festejo, los dominicanos que viajaron al interior comienzan a regresar a sus hogares en la capital y otras ciudades para retomar sus labores. Este movimiento masivo, caracterizado por largas filas en las terminales de autobuses y un incremento del tráfico en las principales carreteras, marca el cierre oficial de las festividades.