SANTO DOMINGO. – El 2025 inicia con grandes expectativas y desafíos acumulados para República Dominicana en diversos sectores clave. Aunque el país ha logrado avances en materia económica y turística, quedan pendientes problemas estructurales que requieren atención prioritaria para garantizar un desarrollo sostenible.
Desde la seguridad ciudadana hasta la reforma legislativa, pasando por el sector eléctrico, el transporte y la lucha contra la corrupción, los dominicanos comienzan el año con la esperanza de que estas deudas sociales sean saldadas.
La sostenibilidad ambiental también se posiciona como un eje crucial para el desarrollo del país. En un contexto global de crisis climática, las acciones para mitigar el impacto ambiental se vuelven impostergables. Además, temas como la actualización del Código Penal, la reforma del sistema de seguridad social y la mejora de la infraestructura vial marcarán la agenda nacional en este nuevo año.
A continuación, algunos de los retos más urgentes que enfrenta la nación en este 2025 que apenas comienza.
La inseguridad sigue siendo uno de los mayores motivos de preocupación para los dominicanos, a pesar de los esfuerzos del Gobierno.
Las cifras presentadas por la Mesa de Seguridad Ciudadana muestran una disminución en algunos indicadores, pero la percepción de inseguridad persiste. Se espera que en el 2025 se implementen medidas más efectivas y de impacto sostenible para garantizar la tranquilidad de la población.
El Banco Central cerró el 2024 con un crecimiento sostenido del 5.1 % en el IMAE, una cifra alentadora que, sin embargo, no se traduce en bienestar equitativo.
Los sectores más vulnerables del país expresan dudas sobre los beneficios reales de este crecimiento, especialmente en un contexto de inflación y desigualdad económica.
La lucha contra la corrupción enfrenta un estancamiento notable. Los casos emblemáticos como Antipulpo, Coral, Medusa y Calamar continúan sin resolverse, generando frustración en la ciudadanía.
Participación Ciudadana ha señalado que la lucha anticorrupción se ralentizó en 2024, y la población exige que el 2025 sea el año en que estos procesos lleguen a una conclusión justa y ejemplar.
La actualización del Código Penal, la reforma de la seguridad social y el Código de Trabajo siguen siendo asignaturas pendientes en el Congreso Nacional. Estas reformas son cruciales para modernizar las bases legales del país y atender demandas sociales que han sido pospuestas por años.
Asimismo, el debate sobre las tres causales del aborto sigue siendo uno de los temas más polarizantes y estancados en la agenda legislativa de República Dominicana. A pesar de los múltiples intentos por llegar a un consenso, el Congreso Nacional lleva varios años sin poder aprobar una reforma al Código Penal que contemple estas excepciones. Mientras sectores de la sociedad civil, organismos internacionales y grupos feministas abogan por la inclusión de las tres causales —riesgo para la vida de la madre, inviabilidad del feto y violación o incesto—, y otros lo rechazan, los legisladores no logran superar las diferencias ideológicas y presiones de grupos religiosos conservadores, dejando en el limbo una discusión esencial para los derechos de las mujeres en el país.
Los problemas de tránsito continúan afectando a millones de dominicanos. Las expectativas están puestas en la inauguración de nuevos tramos del Metro de Santo Domingo, el desarrollo de un tren metropolitano y la mejora de las principales vías. Estas obras, prometidas por el Gobierno, son vistas como soluciones urgentes para el caos vial.
En el ámbito ambiental, los retos son enormes. La gestión de los residuos sólidos, el control de la deforestación y las acciones para mitigar los efectos del cambio climático son urgentes. Aunque se han anunciado planes de sostenibilidad, su implementación y seguimiento serán determinantes para que el país cumpla con sus compromisos internacionales y garantice un futuro más verde.
Uno de los retos persistentes es la entrada de inmigrantes haitianos indocumentados haitianos al territorio dominicano, especialmente las parturientas que buscan atención en los hospitales del país. Cada año, los centros de salud dominicanos, principalmente en la zona fronteriza, reciben a miles de mujeres haitianas para dar a luz, muchas de ellas sin la documentación necesaria.
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Aunque el gobierno ha implementado medidas para controlar el flujo migratorio y reforzar la vigilancia en la frontera, la situación sigue siendo compleja, por lo que estos desafíos requieren soluciones más contundentes y cooperación bilateral para gestionarlos de manera efectiva.