SEUL, (EFE).- La tensión crece en torno a la residencia del destituido presidente surcoreano Yoon Suk-yeol en Seúl, donde cientos de seguidores se concentran ante la posible ejecución de una orden de detención para interrogarlo por la ley marcial.
El organismo anticorrupción podría ejecutar este jueves la orden emitida tras ignorar Yoon tres citaciones para declarar sobre su proclamación del estado de excepción el 3 de diciembre. La situación es tensa, con temores de enfrentamientos entre las autoridades y los seguidores, exacerbados por un mensaje del expresidente alertando de amenazas antiestatales y reafirmando su lucha.
Algunos simpatizantes bloquearon accesos a su residencia, mientras otros ondean banderas y proclaman consignas, como "Stop the steal!", en apoyo a Yoon y al presidente electo de EE.UU., Donald Trump. También acusan a los liberales de fraude en las elecciones de 2022.
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Los abogados de Yoon buscan anular la orden de detención, argumentando que solo la Fiscalía puede solicitarla. Además, advierten que el servicio de seguridad presidencial podría impedir el arresto, lo que lo convertiría en el primer presidente surcoreano en enfrentar tal situación mientras está en el cargo.
Yoon, destituido por el Parlamento el 14 de diciembre, está a la espera de que el Tribunal Constitucional decida si lo restituye o cesa definitivamente.