BARCELONA. – El Programa Bolsa Familia (BFP) de Brasil, uno de los mayores programas de transferencias monetarias condicionadas del mundo, logró reducir en más de la mitad los casos y muertes de tuberculosis entre las personas que viven en pobreza extrema y los indígenas del país sudamericano.
Son las conclusiones de un estudio coordinado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal, España), impulsado por la Fundación «la Caixa», el Instituto de Salud Colectiva y el Centro de Integración de Datos y Conocimiento para la Salud (Cidacs) de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), centro de investigación brasileño.
Los programas de transferencias monetarias entregan dinero en efectivo a las familias sin recursos para cubrir gastos básicos de salud y educación.
Este proyecto, en el que participaron 54 millones de brasileños, demuestra que los programas como Bolsa Familia, de transferencias monetarias condicionadas, pueden ayudar a alcanzar los objetivos mundiales contra la tuberculosis.
Los resultados, publicados en Nature Medicine, tienen importantes implicaciones para las políticas públicas de protección social y control de la tuberculosis en todo el mundo.
Desde 2004, el BFP ha proporcionado ayuda económica a las familias más pobres de Brasil, con la condición de que cumplan ciertos requisitos, como asegurarse de que los hijos van a la escuela y a consultas médicas.
Aunque se sabe que estos programas reducen las desigualdades económicas y sociales, también se han mostrado mejoras en salud, incluidas reducciones de mortalidad infantil y materna y casos y fallecimientos de VIH.
A más pobreza, más enfermedad
La tuberculosis, una de las principales causas infecciosas de muerte en Brasil y en otros países de renta baja y media, está estrechamente vinculada a la pobreza.
«Todavía no se había evaluado el efecto de las transferencias monetarias en la enfermedad, especialmente en las poblaciones más vulnerables», explica el coordinador del estudio, Davide Rasella, jefe del grupo de Evaluación del Impacto en Salud de ISGlobal y profesor colaborador del Instituto de Salud Colectiva.
Rasella y sus colegas en Brasil analizaron datos, incluidas condiciones étnicas y socioeconómicas, de 54,5 millones de brasileños con ingresos bajos entre 2004 y 2015.
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Compararon la incidencia de la tuberculosis (número de casos nuevos), el número de muertes debidas a la enfermedad y la tasa de letalidad (cuántos afectados llegaron a fallecer) entre los que recibieron apoyo del programa (23,9 millones de personas) o no (30,6 millones).
En total, hubo 159.777 diagnósticos nuevos y 7.993 muertes por tuberculosis en la cohorte estudiada.
Los resultados muestran una gran disminución de los casos y muertes entre los beneficiarios de las transferencias monetarias.
Concretamente, fue de más del 50 % en las personas extremadamente pobres, y de más del 60 % entre las comunidades indígenas.
Aunque el programa redujo casos de tuberculosis en todos los grupos, su efecto fue menor en los menos pobres, donde no se observó una reducción significativa de muertes por la enfermedad.