Washington, 15 ene (EFE).- La victoria electoral de Donald Trump y la incorporación de su enviado al equipo mediador de Doha ha marcado el camino del éxito a las negociaciones para el cese de hostilidades en Gaza, que se ha mantenido en términos muy similares a los que la Administración de Joe Biden puso sobre la mesa hace casi un año.
En las últimas 72 horas, Steve Witkoff, el enviado de Trump para Oriente Medio, tuvo un rol vital al presionar personalmente, en un viaje exprés desde Catar a Israel, al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, obligándolo de manera «agresiva» (como lo definió el diario Haaretz) a obtener las garantías del gobierno de coalición israelí de que el acuerdo podría anunciarse esta semana, como así ha sido.
A solo cinco días de la toma de posesión de Trump, Witkoff forzó al mandatario israelí a suspender el descanso de sabbat para obtener el visto bueno a un pacto mediado entre los islamistas de Hamás e Israel que poco ha cambiado desde que fue presentado en mayo por la Administración de Biden, que desde el verano ha reiterado que el acuerdo era inminente.
Según indicaron fuentes diplomáticas el diario The Washington Post, con la incorporación del equipo de Trump «es la primera vez que ha habido una presión real al lado israelí para que acepten el acuerdo», al tiempo que añadieron que la capacidad de Hamás para oponerse a él se ha visto degradada tras más de un año de ofensiva militar en Gaza y tras la muerte en octubre del líder de la organización chiíta, Yahya Sinwar.
Desde que Trump ganó las elecciones en noviembre, ha utilizado este período de transición para repetir que era necesario llegar a un acuerdo para el alto el fuego y la liberación de los rehenes en manos de Hamás antes de la investidura del día 20 o desataría «el infierno».
El pasado 7 de enero compareció en una rueda de prensa en la que estuvo presente Witkoff y donde aseguró que el acuerdo, mediado por Estados Unidos, Egipto y Catar, era cuestión de días.
Netanyahu, que ha mostrado una gran cercanía a Trump, que en la campaña electoral contrastó con el distanciamiento hacia Biden y su vicepresidenta y candidata a la Casa Blanca, Kamala Harris, ha cedido finalmente a las presiones y a los cálculos políticos que se requieren frente a cuatro años con una nueva administración en Washington.
En una intervención en la Casa Blanca, Biden aseguró este miércoles que para llegar a un acuerdo su gobierno y el entrante hablaron como «un solo equipo» y destacó que una coordinación estrecha con ellos era necesaria, porque la implementación será responsabilidad del nuevo gabinete.
El pacto, en cuya negociación el director de la CIA, Bill Burns, también tuvo un rol central, contempla en una primera fase de seis semanas en la que 33 rehenes israelíes -con prioridad de niños, mujeres y ancianos- serán liberados a cambio de la excarcelación de más de 1.200 presos palestinos.
«Lo que hemos visto por parte de EE.UU. en los últimos días, ver una colaboración que trasciende a ambas administraciones, fue una clara demostración del compromiso de Estados Unidos para alcanzar ese acuerdo», dijo el titular de Exteriores catarí, Mohamed bin Abderrahmán, en una rueda de prensa desde Doha este martes.
Un raro ejemplo de trabajo conjunto
Pese a las diferencias políticas entre Biden y Trump, el acuerdo es un raro ejemplo de rivales trabajando conjuntamente y con un plan ya existente y que no ha cambiado en sus principios básicos desde finales de mayo, cuando la Casa Blanca se lo presentó a Israel y Hamás, con el apoyo de Egipto y Catar.
En opinión de Beth Sanner, que ha sido funcionaria de Inteligencia tanto bajo la Administración de Trump como la de Biden, Trump es el primer interesado en «que haya un acuerdo permanente para avanzar en lo que quiere hacer» desde su primer día como presidente.
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En entrevista con CNN, Sanner consideró que es apresurado pensar que Trump es «amiguete» de Netanyahu y que esa supuesta cercanía ha servido para alcanzar un acuerdo, que según medios israelíes no satisface por completo al delicado gobierno de coalición israelí. «No hay duda de que Trump ha puesto contra las cuerdas a Netanyahu», dijo.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, aseguró este miércoles en su última rueda de prensa en la sede de Gobierno que aunque «todo el mundo va a intentar llevarse el crédito», porque «así es como funcionan las cosas», quien aportó el marco (del acuerdo) fue Biden. «Esto no comenzó hace tan solo un par de días», concluyó. EFE