Nueva York. Adiós a un ‘supermáximo’ histórico de 345 millones. Hola a la franquicia más glamurosa de la NBA y la segunda con mayor valor económico. Un cambio de propietarios crucial en Dallas.
Estas son algunas de las claves financieras de la impactante salida de Doncic de los Mavericks a los Lakers.
Finalista de la NBA en 2024, finalista del Oeste en 2022, cinco veces All-Star, cinco veces miembro del mejor quinteto de la liga, solo 25 años, un presente y un futuro brillantes en la mejor liga de baloncesto del planeta…
A todo eso renunciaron el sábado por la noche los Dallas Mavericks con el todavía increíble traspaso de Luka Doncic a Los Angeles Lakers, una operación cocinada con el más absoluto secretismo y que se vivió en la NBA como un terremoto que nadie vio venir.
Más allá de las implicaciones deportivas de juntar a Doncic con LeBron James o de que los Mavericks se la jueguen a que la dupla Anthony Davis-Kyrie Irving en busca del anillo ‘ahora o nunca’, este traspaso también tiene importantes consecuencias económicas, especialmente y de manera inmediata para el genio esloveno.
El base iba a ser elegible este verano para un ‘supermáximo’ de 345 millones de dólares por cinco años que habría batido el récord del mayor contrato de la historia de la NBA, que por ahora mantendrá Jayson Tatum (Boston Celtics) con 314 millones por cinco temporadas.
¿Por qué Doncic ya no puede optar a ese ‘supermáximo? Porque un requisito para ese colosal contrato, según detalla el portal especializado Spotrac, es que llegue del equipo que le drafteó o de un conjunto que le fichó cuando todavía estaba en contrato de novato.
De este modo, ya no es solo que los Mavericks ‘traicionaran’ a Doncic, el alma y el corazón de la franquicia en los últimos años, orquestando su salida a sus espaldas sino que además le han dejado sin un buen pellizco de dinero al menos a corto plazo.
Con su contrato actual, el balcánico cobra esta temporada 43 millones, 46 millones en la siguiente y tiene una opción de jugador de 49 millones para la campaña 2026-2027. Ya como jugador de los Lakers, Doncic tiene dos opciones principales.
Por un lado, firmar una extensión de 229 millones por cuatro años que le llevaría hasta el curso 2029-2030. Por el otro, acordar una extensión más corta, de tres temporadas y ‘solo’ 165 millones con opción de jugador en el último curso, para a continuación ser elegible para un ‘supermáximo’.
Más allá del salario en sí, hay que considerar también los beneficios económicos de aterrizar en los Lakers, el segundo equipo con más títulos de la historia (17, solo uno menos que los 18 de los Celtics) y la franquicia de las estrellas por antonomasia en la NBA (‘Magic’ Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, Kobe Bryant, Jerry West, Wilt Chamberlain, Shaquille O’Neal…).
Según la revista Forbes, los Lakers son la segunda franquicia con más valor de la NBA, con 7.100 millones de dólares, solo por detrás de los Warriors de Stephen Curry, con 8.800.
Además, Doncic se va a poder lucrar con el colosal músculo promocional que supone estar en Los Ángeles, no solo por la industria del entretenimiento con Hollywood a la vuelta de la esquina, sino por el incomparable efecto que tiene ver el 77 del exmadridista con los colores de púrpura y oro.
La camiseta de Doncic con los Mavericks fue la octava más vendida en toda la liga, según las estadísticas publicadas por la NBA de la mitad de esta temporada, pero es previsible que como emblema de los Lakers escale mucho más arriba.