Washington, Estados Unidos.-. El presidente Donald Trump sigue con sus pasos para el cierre de la Agencia de Desarrollo de Estados Unidos y, su más reciente disposició, es el despido del inspector general de esa oficina, Paul Martín, mientras se realiza una revisión profunda de los fondos asignados, con el reporte de que sólo el año pasado fueron invertidos más de 44 mil millones de dólares en diferentes proyectos.
De esos recursos, se afirma que alrededor de 23 mil millones de dólares fueron destinados a proyectos desarrollados en América Latina.
Desde que fue anunciada la intención de la administración de Trump de cerrar la agencia, en gran medida ha quedado inoperante y sometida a una supervisión, que incluye la reducción de su personal de una plantilla de 10 mil a sólo 290 empleados en 163 países.
En un reporte reciente se indica que la oficina del inspector general de la USAID ha perdido la capacidad de rastrear 8,200 millones de dólares en ayuda humanitaria no gastada.
Desde el despacho del despedido inspector general se informó que el cierre de la agencia podría reducir el 90 por ciento del personal asignado a la Ayuda de Asuntos Humanitarios.
Varias empresas que ofrecieron servicios a la agencia han comenzado a ser perjudicada por las medidas de la gestión de Trump, con los retrasos o retención de pagos de trabajos ya realizados.
En una demanda que cursa en los tribunales se precisa que la empresa Chemonics, uno de los socios más grandes de la USAID, se vería afectada con 103 millones de dólares en facturas no pagadas y casi 500 millones de dólares en medicamentos, alimentos y otros bienes contratados por la agencia y que permanecen estancados en la cadena de suministros o puertos.