Santo Domingo, RD.-. Que la vicepresidenta Raquel Peña haya decidido dejar “el bajo perfil” que la caracterizaba en el plano político, el lanzamiento de sus aspiraciones en procura de la candidatura presidencial por el Partido Revolucionario Moderno obliga al presidente Luis Abinader a manejarse como un "punto de equilibrio y de consenso” en la competencia interna para los comicios de 2028.
El acercamiento conocido de Peña como parte del entorno del presidente Abinader viene a ser un ingrediente que activa la efervescencia grupal en el PRM, ya que la vicepresidenta de la República se ha convertido en una pieza de confianza para la administración gubernamental.
Desde hace varios años se apuntala que Raquel Peña pudiera ser la carta política de Abinader en una competencia de confrontación por la candidatura presidencial del PRM de cara a los comicios venideros.
El ambiente se agita en el partido con la entrada en la escena política de la vicepresidenta Peña, ya que el expresidente Hipólito Mejía acciona abiertamente para que su hija Carolina Mejía, alcaldesa del Distrito Nacional, pueda ser elegida como la candidata presidencial.
Una posición neutral que asuma Abinader –como lo deja entrever en su encuentro LA Semanal- obligaría también a Hipólito Mejía a maniobrar por el fortalecimiento de la unidad del PRM, como principal ingrediente para retener el poder para un tercer periodo, hazaña en la historia política actual sólo ha logrado el Partido de la Liberación Dominicana.-.
Es muy conocido que en el PRM se mantienen activos los seguidores del presidente Abinader y de Hipólito Mejía, aunque hay gestiones para proyectos políticos que concluirán con poca proyección.
La reciente encuesta de ACD Medina, cuyos resultados fueron publicados el martes de la semana pasada, puso en el relieve que David Collado, ministro de Turismo, y Carolina Mejía cuentan con el mayor nivel de simpatías para competir con éxito por la nominación presidencial.
La entrada en competencia de la vicepresidente Raquel Peña entraña un escenario complejo en el campo de maniobra del presidente Luis Abinader, ya que ella –en su condición consagrada en la Constitución- podría ser impactada con un beneficio mediático por accionar en diferentes escenarios de la vida gubernamental.
Se advierte que Raquel Peña pudiera ser “el buque insignia” del Gobierno y del presidente Abinader en su afán de frenar un empuje inesperado en las aspiraciones presidenciales de Carolina Mejía, caracterizado por el liderazgo endosado de su padre, el exmandatario Hipólito Mejía.
En el PRM no sólo se pondrá en juego lo que pudiera ocurrir sobre la escogencia del candidato presidencial –ya hay al menos 24 aspirantes-, sino también en la definición de la estructura en cuanto a las autoridades internas que habrán de elegirse en un proceso interno.
Desde ya hay sectores que pugnan porque Abinader asuma la presidencia que ahora detenga el ministro de la Presidencia, José Ignacio Paliza, lo que vendría a obligarlo –igual como ocurre con el caso de la vicepresidenta Raque Peña- a asumir una posición neutral en la competencia por la nominación presidencial.
“Nunca me he involucrado en los temas de aspiraciones política, ni anteriormente ni ahora tampoco me voy a involucrar en estos temas”, ha sido la primera reacción ante el cuestionamiento sobre el camino asumido por Raquel Peña después de la experiencia política acumulada en el Palacio Nacional.
