La policía turca llevó a cabo este lunes una ola de arrestos en Estambul, deteniendo a periodistas, políticos y activistas de izquierda tras las protestas masivas por la detención de Ekrem Imamoglu, el alcalde socialdemócrata de la ciudad y principal rival del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Aunque el Gobierno aún no ha dado cifras oficiales, el presidente del Colegio de Abogados de Estambul, Ibrahim Kaboglu, informó al canal Halk TV que se han emitido unas 300 órdenes de arresto y al menos 212 personas ya fueron detenidas.
Además, el Gobierno ha nombrado a un administrador estatal para dirigir la alcaldía del distrito de Sisli, tras la detención de su regidor electo, el socialdemócrata Resul Emrah Sahan.
Desde la madrugada, la policía realizó redadas en viviendas y detuvo a miembros del Partido Comunista de Turquía, abogados y al menos tres periodistas del diario progresista BirGün.
Kaboglu denunció que la policía antidisturbios ha usado una violencia desmedida contra los manifestantes.
“Lo preocupante no son solo los arrestos, sino cómo se realizan. La policía golpea a los manifestantes con puñetazos, les da patadas y los lanza al suelo para intimidar a la oposición”, afirmó.
El diario BirGün también reportó que sus periodistas fueron golpeados con porras y pateados, a pesar de identificarse ante las autoridades.
Mientras tanto, la ONG Asociación por la Libertad de Expresión (İFÖD) denunció que al menos 113 cuentas en X fueron bloqueadas desde el inicio de las protestas el pasado miércoles.
En Ankara, estudiantes de la Universidad Técnica del Medio Oriente (METU) han convocado a un boicot de clases en rechazo a la violencia policial. Se espera que universidades de Estambul, Izmir, Çanakkale y Eskişehir se unan a la protesta.
El líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP), Özgür Özel, aseguró que las manifestaciones seguirán cada noche a las 20:30 en distintas ciudades. Además, llamó a un boicot contra los medios tradicionales que ignoren la crisis y contra las empresas vinculadas a estos grupos mediáticos.
El domingo, más de 15 millones de ciudadanos participaron en unas elecciones primarias organizadas por el CHP, donde Imamoglu fue elegido como el principal candidato para desafiar a Erdogan en las elecciones presidenciales de 2028.
Según Özel, este resultado marca “el fin de la legitimidad del gobierno”, haciendo inevitable un llamado a elecciones anticipadas.
Ante el creciente descontento social que se ha venido palpando en distintas regiones del país, el gabinete de Erdogan tiene previsto reunirse este lunes en una sesión extraordinaria. El principal objetivo de dicho encuentro será analizar en profundidad la investigación en curso contra Ekrem Imamoglu, el alcalde de Estambul, cuya popularidad ha ido en ascenso y que es visto por muchos como un posible rival político a la administración actual en las próximas elecciones.Las investigaciones, que han generado una ola de manifestaciones y protestas en las principales ciudades del país, han alarmado tanto a los analistas políticos como a la población en general, quienes demandan transparencia y justicia. En las calles, se han levantado numerosas voces exigiendo claridad y rendición de cuentas, y muchos ciudadanos ven estas acciones legales como un intento de minar la oposición política. A medida que las tensiones crecen, algunos gobiernos extranjeros han comenzado a expresar su preocupación por la estabilidad política en Turquía, lo que añade un nivel adicional de presión sobre el gabinete de Erdogan.En la reunión, se abordarán también temas cruciales de política exterior, donde Turquía ha jugado un papel estratégico en los últimos años. Las relaciones con la Unión Europea, las negociaciones en torno a cuestiones de migración, y la situación en Medio Oriente, particularmente el conflicto en Siria, serán puntos esenciales sobre la mesa. Con una economía que debe navegar por estas aguas tumultuosas y una opinión pública cada vez más impaciente, el gabinete de Erdogan se enfrenta a decisiones críticas que podrían definir el futuro político y económico del país.