Santo Domingo- La historia reciente de la República Dominicana sigue siendo un terreno fértil para la controversia, especialmente cuando se trata de los oscuros días del régimen de Rafael Leónidas Trujillo. Recientemente, se han desclasificado documentos clave que arrojan nueva luz sobre los crímenes cometidos durante la dictadura y las maniobras del gobierno para ocultar la verdad.
En una entrevista exclusiva con 7días.com, Luisa de Peña, encargada del Museo de la Resistencia, espacio dedicado a preservar la memoria histórica de los héroes de la lucha contra el régimen, compartió detalles sobre el impacto de estos documentos y la necesidad de que la verdad sea finalmente revelada.
Desde el hallazgo del cadáver de Trujillo en 1961, las estructuras del poder comenzaron a tejer una compleja red de desinformación. "Desde el momento que descubrieron el cadáver de Trujillo, el régimen inició la desinformación con mentiras sistemáticas diseñadas para minimizar el impacto de su caída", expresó la encargada, quien prefirió mantenerse en el anonimato por razones de seguridad explicó.
Esta estrategia, según indicó, buscaba que la población no percibiera la magnitud del crimen, diluyendo la figura de Trujillo a un simple hecho aislado y no un acto de justicia histórica.
Sin embargo, uno de los crímenes más horrendos del régimen, el asesinato de las hermanas Mirabal, sigue siendo un tema central en la conversación pública. "El crimen de las Mirabal fue tan horrendo que han tratado de reescribirlo. Han intentado borrar los rastros de la verdad", declaró. Las hermanas Mirabal, conocidas como las "Mariposas", fueron asesinadas en noviembre de 1960, en un acto de violencia que aún resuena en la conciencia colectiva de la nación. Pero, según la encargada, hay detalles que se siguen ocultando, como los bienes de Patria Mirabal y Pedrito González, los cuales fueron "vendidos" en una subasta pública, aparentemente sin la debida transparencia.
"Esos bienes fueron adquiridos por Alicinio Peña Rivera, jefe del SIM en la zona norte, quien no solo estuvo vinculado a la represión sino que también encabezó el asesinato de las hermanas Mirabal. Fue un premio por su lealtad al régimen", añadió.
Documentos que respaldan esta información se encuentran actualmente en el Senado, según la entrevistada, aunque aún no han sido suficientemente divulgados.
El proceso de revisionismo histórico que se ha intentado imponer, según la encargada del Museo de la Resistencia, no es solo una cuestión de reescribir relatos, sino de legitimar dictaduras y abrir la puerta para el retorno de aquellos que fueron desplazados del poder.
"El revisionismo histórico es un proceso que se da para legitimar las dictaduras y abrir el camino del retorno al poder de esos grupos desplazados", explicó. No obstante, la encargada advirtió que hay indicios claros de que este esfuerzo no será sencillo, ya que la historia no se reescribe tan fácilmente. "Tendrían que buscar mejores documentos que el testimonio de un torturador y ladrón para cambiar la ‘narrativa oficial’", sostuvo con firmeza.
El Museo de la Resistencia, un faro de memoria histórica, se erige hoy como un espacio clave para preservar los testimonios y los documentos que desafían los intentos de borrar la historia. "El ambiente actual es propicio para que la verdad salga a la luz.
Estamos en un momento clave", concluyó la encargada, haciendo referencia a la importancia de los archivos desclasificados y de las nuevas generaciones de dominicanos que luchan por mantener viva la memoria histórica del país.
Mientras los documentos continúan siendo analizados, la sociedad dominicana enfrenta el reto de enfrentar los vestigios del pasado y mantener la integridad de la verdad. Sin embargo, parece que las sombras del régimen de Trujillo todavía se alzan sobre la nación, y el proceso de desclasificación de archivos podría ser solo el primer paso hacia una reconciliación con la historia.