MIAMI — Fue el tipo de momento que Ja Morant anhela. Encestó el tiro de la victoria en el último segundo para llevar a los Grizzlies de Memphis hacia un triunfo sobre el Heat de Miami.
Luego, recorrió la cancha escuchando el silencio que había provocado.
Era el villano. Y no le importa.
“Siento que he sido el villano durante los últimos dos años”, afirmó Morant. “No sólo para esta multitud”.
Morant ciertamente ha pasado mucho tiempo en ese papel. Su capacidad para dominar los partidos quedó de manifiesto el jueves por la noche; el tiro ganador coronó una noche de 30 puntos y ayudó a que Memphis rompiera una racha de cuatro derrotas consecutivas.
Ésa podría haber sido la noticia principal
No lo fue. Al menos, no toda la historia.
La historia de Morant con las armas —reales y ahora fingidas— es nuevamente un tema de conversación. Fue suspendido dos veces por la NBA en 2023, una vez por ocho partidos y la otra por 25, tras mostrar armas de fuego en las redes sociales, primero en un club nocturno del área de Denver y luego por tener una en el asiento del pasajero de un vehículo.
Fue criticado esta semana por hacer un gesto de disparo con el dedo en dirección al banquillo de los Warriors de Golden State. Se habría librado de una sanción de la liga porque Buddy Hield de los Warriors estaba haciendo lo mismo hacia él.
Y en Miami, el jueves por la noche, hubo más celebraciones que lo involucraron imitando el acto de disparar un arma hacia su propio banquillo después de un triple.
El gesto ocupará de nuevo los titulares.
“Soy muy consciente de eso”, dijo Morant. “Soy muy consciente”.
Se le preguntó si las críticas le molestan. Indicó que no.
“Estoy bastante acostumbrado”, expresó Morant. “He sido prácticamente un villano durante dos años. En cada pequeña cosa, si alguien puede decir algo negativo sobre mí, va a estar ahí afuera. Así que, sí. Ya no me importa”. Los Grizzlies no tuvieron nada negativo que decir el jueves. Morant tuvo una primera mitad difícil, tres puntos luego de atinar apenas uno de siete disparos.