Santo Domingo.- A casi tres años y seis meses de haberse iniciado la reforma de la Policía Nacional, los cambios parecen no reflejarse en el comportamiento de los miembros de la institución, pero tampoco en la imagen que se debe proyectar, que en los últimos meses parece más confusa, aunque sí en la adquisición de nuevos hábitos alimenticios.
El cambio más sustancial, el que no puede apreciarse con una simple mirada, como el estilo de vivir y el arte culinario, parece ser las mayores transformaciones, si se juzga por los gustos que han adquirido los policías, de forma particular cuando se trata de usar los fondos destinados a esa institución.
Hoy la Policía Nacional exhibe una identidad gráfica confusa en la rotulación de los vehículos, en el color de la pintura para sus cuarteles y la indumentaria que usan los agentes, que se manifiesta en ropa de colores variados.
También en las calles, a la hora de enfrentar situaciones de orden público, si se juzga por los videos que se difunden en las redes sociales, donde se ven a oficiales y subalternos en medio de los ciudadanos y en algunos casos, dando un uso inadecuado a los taser o pistolas eléctricas, con las que ya han provocado muertes por descargas.
Pero si se toma en consideración una reciente licitación de la Policía Nacional para la compra de alimentos, se tendría que admitir que en el área culinaria la reforma ha alcanzado logros en modificar los hábitos alimenticios, que han pasado del simple “chao” a exquisiteces y productos de alta gama, que la mayoría de los contribuyentes que lo pagan, no pueden adquirir.
La evidencia del cambio la proporciona la misma institución en la licitación POLICIA NACIONAL-CCC-LPN-2025-0001, convocada el 17 de febrero y cerrada el 3 de abril del 2025 para la “Adquisición de alimentos y desechables, para la preparación de raciones alimenticias” para el personal de la institución que presta servicios “en las diferentes direcciones, departamentos y escuelas de entrenamientos”.
El monto invertido es de RD$277,461,120 y lo que llamó la atención del equipo de investigación de 7días es los nuevos productos y las variedades que se han estado incorporando para crear en los agentes policiales una cultura alimenticia con parámetros de una familia de clase media alta o alta, como el “salami supremo sin glucosa, sin gluten y sin colorante”, así como salami artesanal y cocinar con vino tinto y blanco.
Súmese a eso aceite de oliva, que debe ser español; manteca vegetal, arroz selecto y Súper selecto grado A, ambos; filete de bacalao y de arenque ahumado; pechuga de pollo sin hueso; filete de cerdo y de mero basa; bistec de res y rodaja de pescado dorado.
Además, habichuelas en sus distintas denominaciones de “primera calidad”, atún en aceite vegetal en trozos, jamón de pechuga de pavo y jamón picnic, queso gouda y mozzarella, galletas saladas cracker, crema para café y uvas de mesa y manzanas rojas para degustar, bebidas hidratantes.
Se recuerda que en noviembre de 2023, el presidente Luis Abinader dispuso que los miembros de la Policía Nacional recibieran un salario base mínimo de 500 dólares, como lo prometió en la campaña electoral de 2019 y un reajuste a todos los niveles, que llevó a los generales a percibir 50 mil pesos y a los mayores generales, un monto de 60 mil.
Pero esos salarios no alcanzan ni remotamente para esos nuevos hábitos alimenticios, por lo que podría pensarse que esas compras son para satisfacer los gustos exquisitos de la alta oficialidad.