La hermana salesiana Mickerlyn Cadet, quien trabaja en Haití, ha llegado a Puerto Rico con un mensaje urgente sobre la devastadora situación que enfrentan los niños en el país caribeño.
La religiosa explicó que se encuentra buscando fondos y apoyo para salvar a los más de 500 niños que tiene bajo su cuidado, muchos de los cuales están en condiciones extremas debido a la violencia generada por las bandas armadas.
La hermana Mickerlyn, quien ha estado trabajando en Puerto Príncipe, señaló que una de sus mayores preocupaciones es el destino de una casa que alberga a 50 huérfanos. A causa de la violencia, la situación en la ciudad es insostenible, y ella está buscando trasladar a los niños a un lugar más seguro, donde puedan recibir atención y protección adecuadas. Además, destacó que la organización cuenta con una escuela secundaria y un centro de hotelería, pero sigue buscando un nuevo refugio para poder continuar brindando cuidados a los menores.
"Los niños en Haití están viviendo una pesadilla", expresó la monja con voz entrecortada. "Muchos se refugian en campos porque sus padres huyen de las bandas. Algunos, cuando van a la escuela, tienen que caminar sobre los cadáveres de aquellos secuestrados y asesinados por las bandas. Esta es la realidad que estamos enfrentando a diario".
Además de los esfuerzos para salvar a los huérfanos, la hermana Mickerlyn hizo un llamado a la misericordia para los inmigrantes haitianos, quienes a menudo se encuentran atrapados entre la violencia de las bandas y la falta de recursos.
La religiosa pidió solidaridad y apoyo de la comunidad internacional, asegurando que Haití necesita una respuesta urgente para mitigar la crisis humanitaria que enfrenta.