EE. UU. – Una tragedia aérea sacudió este jueves a Nueva York cuando un helicóptero Bell 206 se partió en el aire y cayó de forma violenta en el río Hudson, entre Manhattan y el paseo marítimo de Nueva Jersey, causando la muerte de una familia de turistas españoles, incluidos tres menores de edad.
El fatídico accidente, ocurrido poco después de las 3:00 p. m., fue confirmado por el alcalde Eric Adams, quien informó que los cuerpos ya fueron recuperados del agua.
Testigos presenciales describieron una escena de horror. Bruce Wall, quien se encontraba en las cercanías, relató que vio cómo el helicóptero “se deshacía” en pleno vuelo, con la hélice desprendiéndose del fuselaje mientras la aeronave descendía descontroladamente.
Lesly Camacho, empleada en un restaurante frente al Hudson en Hoboken, Nueva Jersey, dijo que observó cómo el helicóptero giraba a gran velocidad antes de estrellarse, acompañado de una densa columna de humo.
Videos que circularon en redes sociales captaron el dramático momento en que el helicóptero impactó contra el agua, quedando volcado y parcialmente sumergido, rodeado de embarcaciones de rescate que acudieron rápidamente al lugar.
Las condiciones climáticas eran nubladas, pero con visibilidad aceptable. Sin embargo, los equipos de rescate enfrentaron temperaturas del agua cercanas a los 7 °C (45 °F), lo que dificultó las maniobras.
La aeronave siniestrada, un modelo Bell 206, es ampliamente utilizado en operaciones comerciales, turísticas y policiales. Fue diseñado originalmente para el ejército estadounidense y adaptado posteriormente para múltiples usos civiles. Miles de unidades han sido fabricadas a lo largo de los años.
La Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) han iniciado una investigación para determinar las causas del accidente, que vuelve a poner en la mira la seguridad aérea sobre Manhattan, una zona con constante tráfico de helicópteros y aeronaves privadas.
El accidente tuvo lugar cerca de un muelle de mantenimiento vinculado al túnel Holland, en el lado de Nueva Jersey.
Varias unidades de emergencia, incluidos camiones de bomberos y patrullas, se movilizaron en los alrededores del lugar con luces activadas, mientras se llevaban a cabo las labores de recuperación y peritaje.
Esta nueva tragedia revive el debate sobre la saturación del espacio aéreo neoyorquino y la regulación de los vuelos turísticos, en una ciudad donde los cielos están constantemente surcados por aeronaves recreativas y ejecutivas.
