Hoy da comienzo al esperado juicio entre la Comisión Federal de Comercio –FTC, por sus siglas en inglés– y Mark Zuckerberg, a quien se acusa de actividades monopolísticas al haber adquirido WhatsApp e Instagram, un hecho del que ya han pasado más de 10 años.
Si esto se confirmara, a Meta no le quedaría otra alternativa que deshacerse de estas aplicaciones; para ello, la FTC no solo llama a declarar a diferentes cargos de Meta, sino también de otras importantes compañías tecnológicas, como Google, TikTok, Snap o fondos como Sequoia Capital.
En tal caso, lo más probable es que el juicio se alargue durante bastante tiempo –hasta varias semanas–, ya que según el documento legal disponible, este contará con testimonios de más de 30 testigos, algunos mediante conferencia de vídeo.
En cuanto a Zuckerberg, se estima que declare durante 7 horas aproximadamente, siendo el máximo responsable de este acontecimiento; ahora bien, mucho ha cambiado para el dueño de Meta desde que esta investigación por actividades monopolísticas comenzó.
La primera demanda antimonopolio de la FTC tuvo lugar durante el primer mandato de Donald Trump, en el año 2020; sin embargo, al año siguiente el tribunal de Washington desestimó esta al no haber pruebas suficientes del poder de mercado de Facebook.
Ante ello, la FTC volvió al ataque con datos de usuarios y métricas de la plataforma de Meta que mostraban cómo la compañía de Zuckerberg se había beneficiado de la adquisición de WhatsApp e Instagram, perjudicando a otras como Snapchat o MySpace –presentes como testigos en el juicio–.
Ahora bien, esta batalla judicial también tiene que ver con lo puramente político, ya que el regreso de Trump ha removido los asientos de la FTC. Tras su segunda llegada al poder, el político republicano despidió a Lina Khan, presidenta de la Comisión durante la administración de Joe Biden.
Khan, quien ya había presentado demandas muy parecidas contra otros gigantes tecnológicos, como Amazon, Microsoft o Nvidia, fue destituida por Andrew Ferguson, una figura mucho más relajada en lo que tiene que ver con posibles monopolios del sector.
Además de este cambio de sillones, Zuckerberg no ha perdido la oportunidad de mostrar públicamente su apoyo al gobierno conservador de Donald Trump, incluso con donaciones económicas millonarias para su campaña a las últimas elecciones presidenciales.
A mitad de camino entre la batalla política y judicial, que durará aproximadamente unas 8 semanas, Meta podría finalmente estar obligada a vender tanto WhatsApp como Instagram, ya que la FTC considera que esta ocultó información durante la adquisición, en 2012 y 2014, respectivamente.
De nuevo, hay que destacar que los movimientos políticos podrían favorecer el desarrollo del último juicio contra Zuckerberg, que ya se ha visto envuelto en el pasado por otras polémicas muy cercanas a la realidad política de Estados Unidos.