Santo Domingo – La marcha por el rescate de la memoria histórica de la gesta de abril de 1965, llevada a cabo este 27 de abril, resultó ser una movilización masiva, contundente, profundamente patriótica y significativa.
La confluencia en ella de toda la izquierda dominicana y de un amplio abanico de movimientos sociales y organizaciones gremiales, sindicales y comunitarias en lucha la define como una movilización representativa de todos los componentes de la identidad dominicana que luchan por sus derechos, por la defensa del patrimonio público y natural de la nación, y por el rescate de la sanidad ambiental, la soberanía nacional y la dignidad humana. Esto ocurre a pesar de ser perversamente calificada de “marcha haitiana” y amenazada con ser agredida por bandas armadas, con el fin de infundir miedo y volcar contra ella todo el odio racista anti-haitiano sembrado durante siglos de dominio colonial y neocolonial.
La memoria de la Revolución de Abril, de la Constitución del 63 y de la guerra patria se proyectó hacia el presente y el futuro, apuntando contra la continuidad de las lacras sociales y políticas enfrentadas en 1965, así como contra las viejas y nuevas modalidades y expresiones del saqueo, la explotación y la intervención militar de Estados Unidos.
Estados Unidos nos invadió en 1965 y sus consecuencias se extendieron hasta la instalación del actual gobierno, uno de los más serviles en nuestra larga existencia neocolonial. El MAAG, la CIA, la DEA, el FBI, la USAID y el Comando Sur fueron señalados de manera responsable como instrumentos de esa dominación, establecidos aquí junto al saqueo destructivo de Barrick Gold, Falcondo, Belfond y las amenazas de Gold Quest.
A pesar de que el exitoso evento transcurrió en perfecto orden y las autoridades respetaron su realización, al finalizar la actividad se produjeron graves agresiones e intentos criminales por parte del grupo paramilitar que había prometido ejercer violencia contra los manifestantes.