Moscú.- Rusia afirmó este lunes su disposición de negociar un acuerdo de paz con Ucrania, aunque supeditó cualquier diálogo al reconocimiento internacional de las cinco regiones ucranianas que considera anexadas, incluida Crimea, según declaró el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, en una entrevista con el diario brasileño O Globo, reproducida en ruso por la cancillería de Moscú.
Desde el inicio de la ofensiva militar rusa en febrero de 2022, las tropas de Moscú han ocupado zonas de las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporizhzhia y Kherson, que junto a Crimea, anexada en 2014, fueron declaradas parte de Rusia. “Aceptar estas reclamaciones sentaría un precedente peligroso”, advirtieron Ucrania y sus aliados europeos al denunciar estas anexiones como una apropiación ilegal del territorio.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró este lunes que Rusia “ha confirmado en reiteradas ocasiones su disposición (…) a iniciar negociaciones con Ucrania sin condiciones previas”. Sin embargo, Lavrov aclaró que como imperativo para sentarse a negociar exige el reconocimiento internacional de la soberanía rusa sobre Crimea, Sebastopol, Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporizhzhia.
Entre otras condiciones, Lavrov exigió la neutralidad permanente de Ucrania, en conformidad con su declaración de soberanía estatal de 1990, lo que excluiría su adhesión a bloques militares como la OTAN. Además, insistió en la derogación de leyes ucranianas que considera que persiguen “todo lo ruso”, incluyendo idioma, cultura, medios de comunicación, tradiciones y la Iglesia Ortodoxa.
“Todas las obligaciones de Kiev deben ser fijadas jurídicamente y deben tener un mecanismo de supervisión y un carácter indefinido”, afirmó Lavrov en la entrevista.
Adicionalmente, Rusia mantiene en su agenda de exigencias la desmilitarización y desnazificación de Ucrania, el levantamiento de las sanciones internacionales, la cancelación de denuncias judiciales y órdenes de arresto, así como el retorno de los activos rusos congelados en Occidente.
Lavrov añadió que también buscan “garantías de seguridad fiables” ante las amenazas que perciben por parte de la OTAN, la Unión Europea y algunos de sus miembros en las fronteras rusas.