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El Ejército de Pakistán interceptó este martes un cuadricóptero, que asegura que es de origen indio, en las proximidades de la Línea de Control (LoC, en inglés), la frontera de facto que divide la región de Cachemira entre India y Pakistán.
El dispositivo fue avistado en la zona de Bhimber, en la región de Cachemira bajo control de Pakistán, donde supuestamente realizaba tareas de espionaje.
Las fuerzas paquistaníes respondieron de manera inmediata para interrumpir su actividad, indicó la fuente, que además compartió imágenes del supuesto artefacto derribado.
El incidente ocurre justo una semana después del atentado perpetrado el 22 de abril en la localidad india de Pahalgam (Cachemira), en el que murieron 25 indios y un nepalí, convirtiéndose en uno de los ataques más mortales registrados en la disputada región del Himalaya desde el año 2000.
Además, el viceministro para Asuntos Jurídicos y Justicia de Pakistán, Aqeel Malik, afirmó en una entrevista con EFE que su país está «explorando todas las opciones legales» en respuesta a la suspensión unilateral del Tratado de Aguas del Indo, un pacto vital para la población paquistaní, que podría considerarse un «acto de guerra».
El Tratado de Aguas del Indo, el marco legal que regula el uso compartido de las aguas vitales del sistema del río Indo, fue negociado entre Nueva Delhi e Islamabad en 1960 y fue suspendido el pasado 23 de abril por la India como represalia por el ataque terrorista ocurrido el pasado martes en la Cachemira india, en el que murieron 26 turistas y del que la India culpa a militantes supuestamente respaldados por Pakistán.
Además, el ministro del Interior de Pakistán, Mohsin Naqvi, afirmó que la India está jugando con fuego y aseguró que su país responderá «con fuerza a cualquier aventura» del país vecino. Estas declaraciones las hizo durante una reunión con un líder islamista paquistaní, en el contexto de la crisis diplomática entre ambas potencias nucleares.
«La India está intentando jugar con fuego», indicó Naqvi al líder de la formación política islamista Jamiat Ulema-e-Islam (F), Maulana Fazlur Rehman, según un comunicado publicado este martes por el Ministerio del Interior de Pakistán.
El líder islamista, por su parte, describió al primer ministro de India, Narendra Modi, como «un enemigo de los musulmanes» y lo acusó de «estar presente en cualquier frente de la lucha contra el islam y los musulmanes».
Estas acusaciones se producen en medio de la escalada de hostilidades que enfrentan India y Pakistán desde hace exactamente una semana, cuando un ataque terrorista en la Cachemira controlada por India resultó en la muerte de 26 turistas: 25 indios y un nepalí.
El Gobierno indio acusó a Islamabad de estar detrás del ataque y ordenó varias medidas contra el país vecino, como la expulsión de varios de sus diplomáticos de la India, la revocación de la mayoría de los visados para paquistaníes, el cierre de la frontera terrestre y la suspensión del Tratado de Aguas del Indo, firmado en 1960, el cual había resistido hasta ahora guerras y conflictos menores entre ambos países.
Pakistán respondió de manera recíproca a las medidas de India y canceló importantes acuerdos bilaterales.
La crisis diplomática entre ambas naciones, históricamente enfrentadas por la soberanía de Cachemira, ha estado cargada de retórica belicista en la última semana.
Mientras que el ministro de Agua de la India, CR Patil, afirmó que se asegurarían de que ni una sola gota del río Indo llegara a Pakistán -principal fuente de sustento para millones de agricultores-, el presidente del Partido Popular de Pakistán (PPP), Bilawal Bhutto-Zardari, una figura clave dentro de la coalición gobernante, advirtió sobre serias consecuencias si eso ocurría.
«O nuestra agua sigue fluyendo de este río, o su sangre (la de los indígenas) fluirá», sostuvo.
También se han producido intercambios de disparos a lo largo de la Línea de Control, la frontera de facto entre ambos países en Cachemira, sin que se hayan reportado víctimas. Este tipo de violación del alto el fuego es relativamente habitual, y cada país siempre acusa al otro de haberla iniciado.
La muerte de 40 policías en un atentado terrorista en Cachemira, India, en 2019, provocó una grave crisis diplomática entre ambos países, que culminó con el bombardeo por parte de India de supuestos campamentos insurgentes en Pakistán, mientras que Islamabad respondió bombardeando zonas remotas de India.
Por su parte, India ordenó el cierre indefinido de 48 destinos turísticos populares en Cachemira tras el ataque terrorista que causó la muerte de 26 turistas en un conocido sitio de esta región del Himalaya, lo que desencadenó una escalada diplomática con el vecino Pakistán.
"De los 87 destinos de este tipo en el Valle, la administración ha emitido órdenes de cierre para 48 de ellos con el fin de evitar que se repita un incidente similar al de Pahalgam", confirmó a EFE un funcionario del departamento de turismo regional que pidió el anonimato.
