El líder conservador y candidato a canciller de Alemania, Friedrich Merz, sufrió este martes un histórico fracaso al no haber logrado ser elegido en el Parlamento nuevo jefe de Gobierno en el primer intento, algo que no había ocurrido nunca en la historia de la República Federal y que implica que varios diputados de la coalición acordada con los socialdemócratas le han traicionado.
«El diputado Friedrich Merz no ha obtenido la mayoría necesaria de al menos 316 votos. De conformidad con el apartado 2 del artículo 63 de la Ley Fundamental, no ha sido elegido canciller federal de la República Federal de Alemania. Suspendo la sesión para que los jefes de los grupos parlamentarios puedan efectuar consultas», anunció la presidenta de la Cámara Baja, Julia Klöckner.
En el pleno 621 diputados votaron este martes, de los que 310 se pronunciaron a favor de elegir a Merz nuevo canciller y 307 en contra. Además, hubo tres abstenciones y un voto nulo.
Dado que la oposición -liderada por la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Los Verdes, La Izquierda y dos diputados independientes- cuenta con 302 diputados, ello quiere decir que al menos cinco de la coalición acordada entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su hermana bávara Unión Socialcristiana (CSU) por un lado y el Partido Socialdemócrata (SPD) por otro votaron en contra.
La tensión en el Parlamento era visible en las caras de la mayoría de los diputados de la coalición, salvo en la de la copresidente de AfD, Alice Weidel, que inmediatamente pidió a Merz que se retire y se convoquen nuevas elecciones, además de exigir para la segunda fuerza del país, clasificada por los servicios secretos internos de «caso confirmado de extremismo de derechas», responsabilidades de Gobierno.
El rostro de Merz, que parecía seguro al contar el bloque conservador y el SPD con un margen de 12 votos, fue extremadamente serio y se retiró de inmediato a su despacho del grupo parlamentario de la CDU en la Cámara Baja para mantener consultas con los suyos y el copresidente de los socialdemócratas y designado vicecanciller, Lars Klingbeil.
El enfado de la CDU con el SPD era palpable este martes, pues los conservadores sospechan que fueron diputados de sus futuros socios de la coalición los que proporcionaron el inédito golpe a Merz, pero Klingbeil se apresuró a afirmar que «no tiene el más mínimo indicio de que el SPD no se haya mantenido firme en su conjunto» en el voto.
«Se puede confiar en nosotros», enfatizó, mientras que otros diputados socialdemócratas expresaron su estupor por la «irresponsabilidad» en el lado conservador por haber provocado supuestamente esta situación, que se produce justo seis meses después de la ruptura del anterior Ejecutivo de coalición liderado por el socialdemócrata Olaf Scholz.
El jefe de la CSU, Markus Söder, dijo que «no es momento de echarse la culpa», sino de asumir la «responsabilidad común» de sacar adelante una votación exitosa.
Mientras reinaba la confusión en el Hemiciclo, la Bolsa alemana, el DAX, caía un 1,4 % en números rojos.
A unos 1,5 kilómetros de la Cámara Baja, decenas de periodistas esperaban en el palacio de Bellevue, la residencia oficial del presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, a que se aclarara qué iba a ocurrir ahora, dado que él debía nombrar a Merz oficialmente canciller y después iba a celebrarse la investidura.
De acuerdo con el procedimiento establecido para estos casos, si un candidato no alcanza la mayoría absoluta en la primera vuelta de las elecciones, sigue una segunda fase electoral en el plazo máximo de 14 días, en la que también debe alcanzar al menos 316 votos.
Para ello puede postularse de nuevo Merz, pero también se podría optar por otro candidato.
La dirección de la Unión Democristiana (CDU) afirmó tras el inesperado fracaso de Merz que todavía confía en que el líder conservador pueda ser investido este martes y que estaba preparada para esta eventualidad.
«Espero que esta noche tengamos un canciller que se llame Friedrich Merz», declaró el secretario general de la CDU, Carsten Linnemann, en declaraciones a la cadena Phoenix.
Linnemann enfatizó que Merz es el «candidato correcto» y que cuenta con todo el respaldo de los diputados, ante la incógnita persistente de qué parlamentarios de la alianza entre CDU, su partido hermano bávaro CSU y el Partido Socialdemócrata (SPD) votaron en contra o se abstuvieron durante la votación.
Por el momento continúan las deliberaciones para determinar cuándo se producirá una segunda votación.
El jefe del grupo parlamentario democristiano, Jens Spahn, afirmó en declaraciones a la prensa que el partido estaba «preparado» para esta eventualidad y reiteró el apoyo de los diputados a Merz.
El líder conservador de 69 años, que esperaba por fin llegar al máximo cargo ejecutivo en Alemania después de que la excanciller Angela Merkel, su gran rival en el pasado y que estaba en la tribuna de honor, se retirara tras 16 años en el puesto, tiene ahora una difícil decisión que tomar.