El Gobierno de Estados Unidos exige, desde este miércoles, un nuevo documento de identidad llamado "Real ID", que cuenta con verificaciones federales, para viajar dentro del país. Esto ocurre después de años de avisos a una población reticente por cuestiones de privacidad, aunque hay señales de que esta nueva etapa comenzará con cierta flexibilidad.
La exigencia de ese documento de identidad, homologado en todo el país, se produce con la entrada en vigor de la Ley Real ID, aprobada en 2005 para reforzar la seguridad de los aeropuertos tras los ataques terroristas de septiembre de 2001, aunque su aplicación se ha pospuesto en varias ocasiones.
Hasta ahora, los residentes podían viajar al centro del país con identificaciones, generalmente licencias de conducir expedidas por cada estado. Por lo tanto, los avisos del Gobierno para que los estadounidenses obtengan este carné han generado inquietud y una fuerte demanda de última hora.
Para obtener el Real ID, que incluye una estrella, se debe proporcionar en una oficina -las encargadas de regular los vehículos de motor- el nombre, la fecha de nacimiento, el número de la seguridad social, dos pruebas de residencia y la confirmación del estatus legal en EE.UU., indica la web del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
En Nueva York, por ejemplo, las oficinas del Departamento de Vehículos de Motor han tenido filas en las últimas semanas, y tanto en este estado como en otros han ampliado los horarios e incluso han abierto excepcionalmente los sábados para atender esas citas.
La Unión de Libertades Civiles (ACLU) lleva años denunciando que los estados, que siguen siendo los encargados de expedir las licencias de conducir, ahora con verificaciones federales, se verán obligados a regular la inmigración al determinar si la persona tiene un estatus legal o no.
Grupos defensores de los inmigrantes han advertido que la aplicación de la ley afectará especialmente a los indocumentados, ya que no se admitirán las licencias de conducir expedidas para personas sin estatus legal, como las de California.
En ese sentido, la TSA declaró recientemente que "a los extranjeros que se encuentren ilegalmente en EE. UU. y decidan autodeportarse voluntariamente en vuelos internacionales no se les negará el embarque bajo este requisito".
No obstante, la secretaria del DHS, Kristi Noem, expresó este martes ante el Congreso cierta flexibilidad en la etapa de transición hacia el Real ID y afirmó que las personas podrán volar en vuelos internos aunque aún no tengan el documento, siempre y cuando se sometan a un "paso adicional" de seguridad.
Noem no aclaró si esta excepción se limitará únicamente al primer día de la aplicación de la Ley Real ID o si se extenderá por un período más largo.
El DHS indica en su sitio web que, si los viajeros presentan una identificación estatal que no sea el Real ID en el aeropuerto y no tienen el pasaporte u otro documento válido, "se les notificará que no cumplen con la ley, pueden ser conducidos a un área separada y pueden ser sometidos a una evaluación adicional".
Actualmente, el 81 % de los viajeros en los controles de la TSA presenta una identificación aceptable, incluyendo una Real ID emitida por un estado.
La página web del DHS, que mostraba una cuenta regresiva hasta hoy, ofrece más información sobre el Real ID, cuyo propósito no se limita a los vuelos nacionales, sino que también servirá para acceder a instalaciones federales y plantas de energía nuclear.
La ACLU también ha denunciado que, con el Real ID, el Gobierno federal dispondrá de una base de datos de los residentes, algo que el DHS rebate asegurando que no es un "carné de identificación nacional" y que cada jurisdicción es responsable de las expediciones, los registros y el acceso a esos datos.