El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, pronunció este jueves un alegato sobre la necesidad de defender la democracia, basándose en las lecciones aprendidas tras la Segunda Guerra Mundial. Esto es especialmente relevante en un momento en el que Rusia, apartada de las conmemoraciones por tercer año consecutivo, ha roto con el orden internacional, y en el que, según él, EE.UU. le ha dado la espalda.
«Sabemos adónde conducen el aislacionismo, el nacionalismo agresivo y el desprecio por las instituciones democráticas. De ese modo ya perdimos una vez la democracia en Alemania», dijo en un discurso ante el Bundestag o Cámara Baja con ocasión del 80.º aniversario de la capitulación nazi.
Steinmeier destacó que fueron los alemanes quienes arrastraron a toda Europa a la guerra y cometieron el Holocausto, y expresó su «profundo agradecimiento» a los soldados aliados y a los movimientos de resistencia que derrocaron al régimen nacionalsocialista.
También recordó la «contribución» del Ejército Rojo, pero rechazó las «mentiras históricas» del Kremlin que afirman que la invasión de Ucrania es una continuación de la cruzada contra el fascismo.
«Apoyamos a Ucrania en su lucha por la libertad, la democracia y la soberanía. Si dejáramos a Ucrania abandonada, sin protección e indefensa, significaría que estamos desatendiendo las lecciones del 8 de mayo», aseguró.
En la misma línea, indicó que las democracias no deben ser «víctimas indefensas» y que fortalecerse militarmente puede ser necesario, no para librar la guerra, sino para impedirla mediante la disuasión.
En el siglo XXI, las lecciones de la Segunda Guerra Mundial están desvaneciéndose y «los liberadores de Auschwitz se han convertido en nuevos agresores», afirmó, mientras que EE.UU. ha dado la espalda al orden internacional basado en normas.
«Vemos con temor que incluso la democracia más antigua del mundo puede verse rápidamente en peligro si se ignora la justicia, se socava la separación de poderes y se ataca la libertad científica», destacó.
Steinmeier también advirtió que las «tentaciones populistas» están ganando terreno en Europa y lamentó que en Alemania las fuerzas extremistas se estén fortaleciendo -en alusión a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD)-, dedicándose a incitar al miedo y al odio y a «despertar de nuevo a la vida a viejos espíritus malignos».
En particular, insisten en poner un «punto final» a la historia y a la responsabilidad alemanas, indicó el presidente, quien afirmó que el pasado, por el contrario, no debe entenderse como una «prisión en la que estamos encerrados», sino como una llave para comprender las crisis del presente y del futuro.
«No huyamos de nuestra historia. No tiremos por la borda sus enseñanzas precisamente cuando se nos exige algo. ¡Eso sería cobarde y equivocado!», remachó.
Por su parte, la presidenta del Bundestag, Julia Klöckner, recordó en su discurso a las mujeres, especialmente a aquellas que fueron víctimas de violencia sexual, cuyo sufrimiento -según mencionó- ha sido silenciado o ignorado durante mucho tiempo.
También instó a cumplir con el precepto de «Nunca más» en relación con el regreso del antisemitismo, que, según ella, se manifiesta hoy en día en las calles de Alemania y en las redes sociales, en alusión a las protestas contra la ofensiva israelí en Gaza.
Steinmeier y Klöckner, junto con el nuevo canciller Friedrich Merz, habían depositado poco antes una corona en el monumento a las víctimas de la guerra, en el corazón de Berlín, después de que se celebrara una misa ecuménica por el octogésimo aniversario del fin de la guerra en la Iglesia Memorial del Káiser Guillermo.
En los actos conmemorativos, que se llevaron a cabo en una jornada declarada excepcionalmente festiva en la capital alemana, como ya se hizo en el 75.º aniversario, nuevamente estuvieron ausentes los representantes rusos.
A raíz de la invasión de Ucrania en 2022, los actos de aniversario han sido motivo de tensiones en Berlín, donde el 9 de mayo se rinde homenaje tradicionalmente a los soldados soviéticos en el monumento del Parque de Treptow, donde están enterrados unos 7.000 de aquellos que perdieron la vida intentando tomar la capital alemana.
Junto con las banderas rusas, la policía de Berlín ha prohibido por tercer año consecutivo portar banderas soviéticas, lazos de San Jorge u otros símbolos que supuestamente puedan usarse para enaltecer la guerra, con la excepción de los veteranos de guerra y los diplomáticos.
El presidente polaco, Andrzej Duda, transmitió un mensaje en contra de todas las guerras con motivo del octogésimo aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y advirtió que los ecos del «conflicto más terrible de la historia del mundo» aún resuenan en los «momentos peligrosos» que el mundo atraviesa hoy.