
Puerto Príncipe, Haití. – El clima de inseguridad y violencia es cada vez más preocupante, con el agravante de que niños han sido privados de la educación debido al cierre de 1,600 escuelas y que más de un millón de ciudadanos se han visto obligados a abandonar sus hogares.
Debido a la violencia de las bandas armadas, entre enero y abril se han cerrado los centros escolares en Puerto Príncipe y sus zonas periféricas.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), adscrita a las Naciones Unidas, expresa con preocupación que las escuelas son mayormente atacadas por las pandillas.
Más de 70 mil niños han sido víctimas del reclutamiento por parte de esos grupos, que hasta el momento controlan el 85 por ciento de los sectores céntricos de la capital haitiana.
Mayormente, el cierre de escuelas se registra en los departamentos del Centro, el Oeste, Artibonito y el Norte, debido a los frecuentes enfrentamientos armados y los actos de violencia.
Además de ser privados de educación, los niños corren el riesgo de ser forzados al trabajo infantil, al matrimonio precoz, al secuestro, a la trata de personas y a la delincuencia.
La situación se agrava, ya que los grupos armados luchan por el control de territorios estratégicos.
Más de un millón de personas han sido desplazadas internamente debido a la inseguridad y la violencia.
Los desplazados abandonan sus hogares en las áreas de Delmas, Carrefour-Feuilles y Cité Soleil.
Más de 5.4 millones de haitianos sufren de inseguridad alimentaria, mientras que más de 1,600 personas han perdido la vida por causa de la violencia desatada por las bandas armadas hasta el primer trimestre de este año.