
Santo Domingo. – La reforma al Código de Trabajo, aprobada en primera lectura por el Senado, ha desatado una fuerte disputa entre los sectores productivos y laborales del país.
Mientras 85 gremios empresariales rechazan el proyecto por considerarlo un retroceso jurídico y una amenaza para la inversión, los sindicatos reaccionan con indignación, asegurando que no permitirán que se reabra el debate sobre temas previamente consensuados, como la cesantía laboral.
La tensión crece a medida que los empresarios denuncian que el proyecto aumenta los costos laborales, elimina mecanismos como la conciliación previa y obliga al pago de prestaciones por jubilación o retiro, lo que, afirman, podría frenar la creación de nuevos empleos formales.
Desde su perspectiva, la iniciativa legislativa “desincentiva la estabilidad económica en un momento de incertidumbre”.
Por su parte, los sindicatos consideran que este rechazo empresarial busca revivir puntos ya cerrados en el diálogo tripartito, y advierten que convocarán una huelga nacional si se intenta reabrir ese debate.
A pesar del conflicto, los legisladores y el ministro de Trabajo han dejado la puerta abierta a escuchar observaciones, aunque recalcan que cualquier modificación debe respetar lo acordado en el escenario tripartito.
Si el proyecto supera la segunda lectura en el Senado, pasará a la Cámara de Diputados, donde podría reavivarse la polémica.