
Santo Domingo. – La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advierte que la región acumula tres décadas como la más desigual del mundo en términos de ingresos, un problema estructural que aún persiste pese a avances aislados.
El organismo sostiene que la concentración de la riqueza en pocas manos impide la movilidad social e incide negativamente en el desarrollo económico. Esa concentración no solo refuerza desigualdades entre generaciones, sino que también mina la confianza ciudadana en las instituciones.
Además, la estructura tributaria predominante —con impuestos directos débiles y múltiples exenciones— favorece la acumulación de capital y erosiona la capacidad redistributiva del Estado. En promedio, el 10% más rico contribuye en mayor proporción que el resto, mientras que los impuestos efectivos sobre la riqueza siguen siendo marginales.
Pese a que la pobreza disminuyó en las últimas décadas —alcanzando un 27,3% en 2023, el nivel más bajo desde 2014—, la desigualdad no avanzó en paralelo. Incluso la pobreza extrema sigue afectando a millones y se concentra especialmente entre mujeres e infancia.
La Cepal reafirma que reducir las brechas requiere un enfoque sistémico: fortalecer los impuestos progresivos, eliminar exenciones regresivas, robustecer la protección social y promover políticas que fomenten la igualdad de oportunidades en empleo, educación y acceso a activos.