
VILLA MONTELLANO, Puerto Plata.- La mayoría de los impactos del complejo turístico Punta Bergantín en el medio ambiente son de intensidad media y baja.
En el proceso de construcción y en la fase de operación de los hoteles y otras instalaciones, se prevé que los efectos sean positivos o de baja intensidad, según revela el estudio de impacto presentado en las vistas públicas a la comunidad y a todos los interesados.
Mario Méndez, vicepresidente de la firma Empaca y responsable de la investigación, explicó que se llevó a cabo un estudio detallado de los impactos ambientales y sociales, tanto en la fase de construcción como en la de operación de los hoteles y demás componentes contemplados en el proyecto.
Durante la construcción —la etapa más breve, pero también la más compleja desde el enfoque medioambiental— se registró la mayor cantidad de acciones que afectan el aire, el clima, el relieve y el suelo. Se identificaron 22 impactos, de los cuales 16 son negativos, de baja y media intensidad, y 6 son positivos, de alto impacto.
Los impactos negativos de baja intensidad, en muchos casos, son de corta duración, mitigables o reversibles. En contraste, los impactos positivos están relacionados con el mejoramiento de la calidad de vida y el poder adquisitivo de los trabajadores que participan en la construcción, así como con el incremento de la demanda de insumos, la mayoría de los cuales se proyecta adquirir en el entorno próximo a Punta Bergantín y Villa Montellano.
Entre los beneficios se destaca el aumento de la resiliencia frente al cambio climático, gracias a un manejo sostenible y regulado de los ecosistemas presentes en la zona del proyecto. Estos ecosistemas actualmente presentan altos niveles de vulnerabilidad, tanto por la acción del ser humano como por las amenazas derivadas de fenómenos naturales que afectan periódicamente los territorios de la costa atlántica.
Un manejo adecuado de los ecosistemas permitirá un mayor equilibrio entre lo natural y la reafirmación del paisaje inmobiliario-turístico existente en la zona costera de Puerto Plata, el cambio de uso de suelo de ocioso a turístico y el incremento del valor de los terrenos en el municipio de Villa Montellano.
Impacto social positivo y gestión del ecosistema de manglares
También se considera un impacto positivo la mejora de la calidad de vida y del poder adquisitivo de los empleados del proyecto, así como de los residentes de Villa Montellano y Puerto Plata. Además, se incrementará la oferta turística en el polo turístico de Puerto Plata y en toda la Costa Norte.
En el estudio de impacto ambiental también se destaca como un efecto positivo importante la creación de empleos permanentes y el incentivo al fortalecimiento del empleo directo, con un impacto significativo en la economía privada debido al aumento de la actividad comercial formal e informal en la provincia. Se espera, además, un incremento en el ingreso de divisas al país, así como en las recaudaciones fiscales del Estado y del Ayuntamiento del municipio de Villa Montellano.
Méndez detalló que en el área ocupada por el proyecto, de unos 10 millones de metros cuadrados, actualmente existe vegetación secundaria, vegetación costera sobre arena y un pequeño manglar.
Explicó que estas características se deben a que la propiedad estuvo dedicada anteriormente al cultivo de caña de azúcar para el ingenio Montellano y, en algunas áreas, a la ganadería y la agricultura.
Indicó que, en gran parte de la franja costera, entre la vegetación secundaria y el mar, hay vegetación sobre arena, donde predominan especies como la uva de playa, el coco, la mara, la terminalia, el noni, el gri gri, las buceras, el bejuco, el icaco, entre otras, las cuales serán preservadas o mejoradas por el proyecto.
El manglar será protegido y preservado, actuando como el principal espacio de compensación en los procesos de sustitución de maleza y vegetación secundaria que pudieran verse afectados en otras áreas del proyecto. Se prevé realizar trabajos de trasplante en aproximadamente 22,000 m², señaló el representante de Empaca.
Los mangles presentes en la desembocadura del río y dentro de la franja de protección costera de 100 metros, definida por el proyecto, pertenecen a las cuatro especies que habitan en la isla Española: mangle rojo, mangle botón, mangle prieto y mangle blanco. También se encuentra la palma real.
Durante el proceso de identificación de fauna, Empaca encontró, en el grupo de los anfibios, 393 individuos pertenecientes a nueve especies y cuatro familias. En el caso de los reptiles, se identificaron 114 individuos de 15 especies y siete familias. En lo que respecta a las aves, se contabilizaron 756 individuos de 73 especies, distribuidos en 15 órdenes y 31 familias.
El proyecto incluye la implementación de un Plan de Manejo y Adecuación Ambiental (PMAA), que será la principal herramienta para controlar y mitigar impactos, así como el instrumento de supervisión y verificación utilizado por las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en cumplimiento de las funciones que les otorga la Ley 64-00 sobre Recursos Naturales.