Caso Antipulpo, politización de la justicia y judicialización de la política

En la madrugada de hoy, jueves 14 de agosto, fue leída la sentencia del afamado y turbulento caso “ANTIPULPO”, cuyo protagonista es el empresario Alexis Medina Sánchez, hermano del expresidente de la República Dominicana, Danilo Medina, seguido ante el Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, cuyas titulares son las magistradas Claribel Nivar Arias, presidenta del tribunal; Yissel Soto y Clara Sobeida Castillo, quienes condenaron a siete años de prisión a Medina Sánchez por “soborno, lavado de activos y asociación de malhechores”.

Si vemos los demás condenados del tan sonado caso: los esposos Paola Molina Suazo y Carlos Martín Monte de Oca, condenados a cinco años cada uno; José Dolores Santana Carmona, sentenciado a seis años; y también a cinco años de cárcel Wacal Vernabel Méndez, Ramón Brea Morel y Rigoberto Alcántara Batista. Se verifica y comprueba que ninguno de ellos figura como servidor del Estado, sino como “empleado” y “prestanombre” de Alexis Medina. La única persona de ese grupo que sí era funcionario del Estado es Víctor Matías Encarnación, quien fungía como subdirector de la OISOE, cuyo director era Pagán.

La Ley 155-17 sobre Lavado de Activos, en su artículo 3, establece que:

“Incurre en la infracción penal de lavado de activos y será sancionado con las penas que se indican:

1. La persona que convierta, transfiera o transporte bienes, sabiendo que son el producto de cualquiera de los delitos precedentes, con el propósito de ocultar, disimular o encubrir la naturaleza, el origen, la localización, la disposición, el movimiento o la propiedad real de bienes o derechos sobre bienes. Dicha persona será sancionada con una pena de diez a veinte años de prisión mayor, multa de doscientos a cuatrocientos salarios mínimos, y el decomiso de todos los bienes ilícitos”.

Si hablamos de bienes ilícitos, según los abogados designados por el Estado para recuperarlos, Alexis Medina debía indemnizar al Estado con 24 mil millones de pesos, mientras que el Ministerio Público lo acusaba de haber sustraído fraudulentamente unos 5 mil millones. Para que pueda existir el delito de lavado de activos, la condición sine qua non es que esos activos hayan sido adquiridos de manera ilegal. La pena mínima para el delito de lavado de activos es de 10 años de prisión.

El vínculo del condenado Alexis Medina con el Estado es el “soborno”, pero ¿quién fue el sobornado? Se vincula a FONPER y su titular acaba de ser descargado; se vincula a la OISOE, cuyo titular “negoció” con el Ministerio Público y descansa plácidamente en su hogar. Hay una máxima que establece que “donde no hay confianza no hay traición”. Entonces, ¿quién fue que traicionó al Estado? Evidentemente, la única persona del caso ANTIPULPO vinculada al Estado es Víctor Matías Encarnación, quien fungía como subdirector de la OISOE y fue premiado con “cinco años de prisión suspendida y una multa de 500 salarios mínimos”, equivalentes a RD$7.5 millones.

El señor Alexis Medina Sánchez fue apresado la madrugada del domingo 15 de noviembre del año 2020, por lo que dentro de tres meses cumplirá cinco años de privación de libertad. Al ser condenado a siete años, apenas le quedan dos años por cumplir condena. Deberá pagar al Estado dominicano RD$502,250,000.00 (500 millones a devolver y 2.25 millones de multa). ¿Dónde están los 24 mil millones que reclaman los abogados del Estado o los 5 mil millones que alega el Ministerio Público que fueron sustraídos por ese entramado societario? ¿Por qué siete años de prisión y no diez, que es la pena mínima del rango?

Es evidente que el caso ANTIPULPO no fue más que un circo mediático en el que se politizó la justicia y se judicializó la política. El gran poder de oposición política de este país lo tenía el expresidente Danilo Medina; al encartarle a sus hermanos, le pusieron un “estate quieto” que le permitiera gobernar sin oposición en su primer cuatrienio y reelegirse para el segundo. Los directores del circo fueron premiados: una ascendida a procuradora general de la República, el otro a director; todos somos amigos a partir de ahora, y al expresidente Danilo le retiraron la cremallera de la boca para que haga férrea oposición. Pan y circo.