
Washington, Estados Unidos.- La Organización de Estados Americanos (OEA) tiene un plan definido para una posible intervención en Haití, que implica una inversión de 1,338 millones de dólares destinados a combatir las bandas armadas que fomentan el crimen organizado.
Sin embargo, esta entidad no dispone de una fuente de financiamiento como parte de un plan para lograr la recuperación de la paz y la seguridad en Haití.
El plan para el país caribeño fue presentado por el secretario general de la OEA, Ibert Ramdin, durante una reunión del Consejo Permanente.
En total, se necesitaría un monto estimado de 2,600 millones de dólares para impulsar la reconstrucción de Haití.
En esa cantidad de fondos se incluyen los 1,338 millones de dólares destinados a enfrentar el crimen organizado.
El secretario general de la OEA informó que diversas pandillas armadas se han atrincherado en territorios estratégicos en Haití, "socavando la autoridad del Estado y exponiendo a la población a la violencia, lo que ha agravado la inseguridad, los desplazamientos humanos y las deficiencias críticas en el acceso a los servicios básicos".
Agregó que "Haití es actualmente el país con la crisis de gobernanza y seguridad más grave del hemisferio occidental".
De acuerdo con el representante de la OEA, las pandillas controlan hasta el 90 por ciento de Puerto Príncipe, la capital del país.
Debido a la violencia de las bandas, en 2024 murieron 5,600 ciudadanos.
Para que todo el plan preparado por la OEA en Haití se ponga en marcha, se necesitará un financiamiento de 2,600 millones de dólares.
"Estabilización de la Seguridad y Restauración de la Paz en Haití" es el nombre de la hoja de ruta elaborada por la OEA, aunque no se ha definido claramente el origen de los fondos.
Los delegados de Haití, Estados Unidos, Argentina, Antigua y Barbuda, Paraguay y Uruguay plantearon al Consejo Permanente de la OEA la necesidad de establecer un mecanismo de control en el manejo del financiamiento para evitar actos de corrupción.
En la presentación se hizo hincapié en que "el éxito depende de un apoyo internacional coordinado y sostenido".
Uno de los pilares del plan es lograr la estabilización frente a la situación de inseguridad que afecta a la población haitiana, impulsando el progreso. Se insiste en la necesidad de establecer de inmediato corredores seguros y proteger la seguridad en las infraestructuras críticas y en los territorios controlados por las pandillas.
Un segundo aspecto fue abordado en el Consejo Presidencial de Transición con miras a una transición política en febrero de 2026, enfocándose los esfuerzos en garantizar elecciones libres y justas. Durante ese proceso, la OEA planea desplegar una misión con veinte expertos electorales.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, Haití experimentó un aumento del 24 % en los homicidios intencionados durante los primeros seis meses del año, alcanzando un total de 4,026 asesinatos.
Además, la violencia de las bandas ha causado el desplazamiento interno de aproximadamente 1,3 millones de personas.
Más de un millón de haitianos, incluidos muchos niños, son desplazados internos en el país.