
La leche de vaca es la menos sostenible entre las principales opciones de leches vegetales y animales, según un análisis basado en datos de la revista Science, publicado por The New York Times y recogido por Statista. Cada litro de leche de vaca consume 628 litros de agua y genera 3,2 kg de CO₂, una huella ecológica muy superior a la de sus alternativas vegetales.
Entre las bebidas vegetales, la leche de almendras es la que más agua requiere, pero aun así utiliza solo un 60% del agua que necesita la leche de vaca. Opciones como la leche de avena y soja son aún más eficientes en el uso del agua, y la leche de arroz emite menos del 40% del CO₂ que genera la de vaca.

Aun así, la sostenibilidad no depende únicamente del tipo de leche. El método de producción también es clave. Un estudio de la Universidad de Cambridge señala que la huella de carbono de la leche de vaca puede reducirse significativamente si se produce mediante una agricultura sostenible basada en pastos.
Este análisis refuerza la idea de que elegir leches vegetales no solo puede ser una decisión alimentaria, sino también un acto con impacto ambiental positivo.