
Santo Domingo.-El año 1996 marcó un hito en la historia política dominicana con la llegada al poder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fundado por el expresidente y pensador político Juan Bosch. Con un joven Leonel Fernández al frente, el PLD alcanzó la presidencia tras una segunda vuelta electoral respaldada por una alianza estratégica con el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
Este primer mandato (1996-2000) se caracterizó, en retrospectiva, como una gestión con escasos cuestionamientos de corrupción, contrastando con otros períodos posteriores del mismo partido.
Leonel Fernández asumió la presidencia a los 42 años, convirtiéndose en uno de los mandatarios más jóvenes en la historia del país. Su gobierno se enfocó principalmente en la modernización del Estado, la apertura económica y la inserción del país a través de la globalización.
Uno de los logros más recordados fue la promoción del Plan de Nación, que incluía inversiones en infraestructura, educación y tecnología. Fernández también impulsó una política exterior activa, fortaleciendo relaciones con Estados Unidos, Europa y América Latina.
A diferencia de gobiernos posteriores, el primer mandato del PLD no estuvo marcado por escándalos de corrupción de gran magnitud. Aunque hubo críticas y denuncias menores, no se identificaron casos emblemáticos que comprometieran de forma significativa a figuras claves del gabinete presidencial.
Según analistas políticos, varios factores explican esta relativa transparencia:
Pese al perfil bajo en materia de corrupción, el gobierno de Fernández no estuvo exento de críticas. Algunos sectores opositores señalaron:
La gestión 1996-2000 dejó una huella importante como el inicio de una nueva era política en República Dominicana. No solo por ser el primer gobierno del PLD, sino también por sentar las bases del modelo político y económico que caracterizaría los años venideros.